Nació en 1948 en Cáceres. Vivió en el barrio de La Abundancia, en Las Minas. Hijo y nieto de trabajadores de la mina. El mayor de cinco hermanos. La vida le brindó la oportunidad de estudiar y él la aprovechó para así no seguir con la dura tradición de trabajar en la mina, donde la mayoría moría joven por la silicosis. Casado con Nina Díaz, hija de minero, tienen tres hijos. Todo lo que tiene lo consiguió con gran esfuerzo y trabajo, cursó becado en el Colegio San Antonio de Padua donde compartió aula durante su bachillerato con Pedro Almodóvar. Consiguió una plaza de oficial en el Banco de España de las sesenta que se ofrecían entre más de dos mil opositores. Lleva once años organizando el Festival de Flamenco de las Minas de Aldea Moret. Por sus venas corre flamenco, amante de su familia y de sus amigos, humilde, sencillo, sensible, apasionado, generoso, constante, inquieto, una bellísima persona, no olvida de donde viene, orgulloso de sus raíces, gran amante y defensor de su barrio, su pueblo: Las Minas de Aldea Moret. Todo un ejemplo de que con esfuerzo y tesón se puede.

--¿Un rincón de su ciudad?

--Sin menospreciar al Casco Histórico, mi rincón es mi pueblo, Las Minas.

--¿Un lugar dónde desconectar y recargar pilas?

--En la zona del Collado, cerca de Sierra de Fuentes, donde tengo una parcelita. Disfruto y descanso junto a la familia y los amigos.

--¿Qué mejoraría de esta ciudad?

--La recuperación del patrimonio minero que se encuentra en avanzado estado de abandono, lo que crearía puestos de trabajo y hacer al ciudadano más participativo en los asuntos de nuestra ciudad. No me explico cómo se permitió derribar la fábrica de explosivos, hoy en día podría ser un auditorio o cualquier espacio cultural. Cáceres le debe mucho al pueblo de Aldea Moret generó mucha riqueza y deberían reactivarlo, recuperando la historia de las Minas, haciendo visitas guiadas. Otra cosa importante que mejorar son los medios de transportes y conexiones con otras ciudades.

--¿Recuerdos de su infancia y adolescencia?

--Nací en el seno de una familia muy humilde, trabajadores de la mina. Nuestro barrio no tenía agua corriente, ni luz. Estudiaba con la luz de un candil de aceite o el foco minero de mi padre. Nuestro cuarto de baño era en la cocina, donde encima de una silla de juncos se ponía una palangana, una toalla y un pequeño espejo colgado de la pared. El baño era gracias a un bidón de gasolina lleno de agua. Con muy poco éramos muy felices. Vendía agua de Fuente Santa por las calles del poblado y de los barrios, con el burrito El Molina que me compró mi padre. Los desayunos con café de cebada, los garbanzos viudos, calentarnos con el brasero de picón que hacía mi padre en el monte del Galindo. Los baños en el río Salor, el regato de Fuente Santa, de la Chirivita, mi madre ir a lavar la ropa a los charcos próximos al Junquillo. Iba andando todos los días desde las Minas hasta el Colegio San Antonio, hoy en día el Hotel Don Manuel, hasta que conseguí una plaza en la Cirila coche que la Unión de Explosivos tenía para los hijos de empleados.

--¿Trayectoria profesional?

--Al terminar mis estudios de bachillerato, siempre becado, oposité con 20 años para la plaza de oficial en el Banco de España. Fue mi primer trabajo en Barcelona. Al año me trasladaron a Badajoz y con tan solo 25 años de edad me trasladan a Cáceres, donde como Decano me jubilé en el año 2013.

--¿Cómo empezó su inquietud por el Flamenco?

--Mi padre era cantaor, se recorría todos los tablaos de Madrid cantando flamenco en su época de mili. Demetrio Cantero Casares , procedía del Casar de Cáceres. Una afición que sigue generación tras generación, hoy en día mis hijas Raquel y Miriam Cantero. Mis padres nos llevaban al poblado de Moret, a casa de Tío Santiago porque tenía un aparato de radio, donde escuchábamos Flamenco y la Pirinaica o a la taberna del señor Herminio donde se cantaba. En Navidad mi padre cantaba villancicos, mis hermanos y yo le acompañábamos con la zambomba, el almirez y la pandereta pidiendo el aguinaldo. Mis primeros pinitos fueron en el salón de actos del colegio San Antonio, acompañado a la guitarra por Paco Martín, compañero de clase. Cáceres siempre fue muy flamenca, se cantaba por diferentes tabernas. Siendo yo muy pequeño mi padre me llevaba al bar Borrego donde cantaba a cambio de la consumición, yo una gaseosa y unas pipas. Al llegar a Cáceres me apunté a la peña flamenca.

--¿Cómo empezó el Festival Flamenco de las Minas en Cáceres?

--El primer festival fue en el año 2004, nace para hacer un homenaje a los trabajadores de la mina y para mantenerlo siempre en el recuerdo, que no pase al olvido con el tiempo.

--¿Cómo ha evolucionado el festival?

--De una manera muy positiva. Lo podrán comprobar mañana domingo en el Gran Teatro. Mirando hacia atrás han pasado grandes profesionales del cante y del baile. Lo que hemos conseguido en estos años es que seamos reconocidos nacional e internacionalmente y que crezca en nuestra ciudad una cantera del cante, como los Peralta, Zaira, las Cantero, Tamara Alegre que mantiene viva la llama del flamenco en Cáceres.

--¿Y el cartel del 2015?

--Al cante y al toque Ricardo Fernández del Moral, Lámpara Minera 2012. Al cante Cándido de Quintana de Badajoz y al toque Francis Pinto. Al cante Juan José Díaz Pitini de Cáceres y le acompaña a la guitarra Perico de la Paula. Al Baile Zaira Santos y su cuadro Flamenco.

--¿Próximos proyectos?

--Seguir creciendo con el flamenco. La celebración de la I Zambombá el día 12. Actuaciones que tenemos Los Cantero por diferentes pueblos de la región y grabar un disco de Villancicos Castúos, algo único en la historia.