Hace 70 años, se casó. Ayer, se fue para siempre. Decir Estila en Cáceres es y será decir dulzura, sonrisa, sabor e infancia. Doña Estila Pesado Albarrán falleció el pasado sábado y ayer fue despedida dulcemente por los cacereños.

Doña Estila era una muchacha de carácter resuelto que llegó a Cáceres desde Monroy en los años 20. En 1933 se casó con un joven de Navas del Madroño llamado Fernando López Conde. En 1936, abrieron una pastelería en Arco de España, junto al palacio de Moctezuma, y la bautizaron Horno San Fernando.

Estila y Fernando tuvieron tres hijos: Angel, Julián y Fernando, este último ya fallecido, al igual que su padre. En el año 1954, el matrimonio había trasladado el negocio a la calle Moret y lo había convertido en la referencia dulcísima de los cacereños, que compraban allí desde las tartas más sofisticadas hasta las humildes raspaduras .

En 1963, su hijo Julián, que mantiene la tradición familiar en su pastelería de la calle Sánchez Manzano, pasó tres años en la dulcería Pedroni de Ticino-Ascona (Suiza) y trajo tres nuevos pasteles que doña Estila popularizó en Cáceres desde el nuevo local de la avenida de la Montaña: la banana de plátano, la jeanette de manzanas y pasas y los nidos de hojaldre y manzana. Fue uno de los varios capítulos que doña Estila ha dejado impresos en la historia cacereña de la dulzura.