Solitario, rodeado por rejas y cerrado a cal y canto se encuentra el rocódromo que hace más de dos años se construyó en la fachada trasera del Pabellón Polideportivo Municipal, en el parque del Rodeo, con una inversión que superó los cuatro millones de las pesetas de entonces. Para los aficionados al deporte de la escalada el paso dado por el ayuntamiento supuso un gran aliciente, "podríamos practicar al tiempo que promocionar este emocionante deporte en la ciudad".

Pero la ilusión se transformó en desencanto y críticas, "pues después de dos años seguimos intentando que la instalación se abra, tratando de que los miles de euros invertidos en ella sirvan para algo".

Su uso permitiría practicar y promocionar un deporte, así como también evitar que muchos dejen de preguntarse si lo que se levanta en el Rodeo es alguna obra de arte.

UNA OFERTA SIN RESPUESTA

Ya en junio pasado la Federación Extremeña de Montaña y Escalada, "como asociación privada, sin animo de lucro y de utilidad pública; ejerciendo las funciones de promoción y difusión de la modalidad deportiva de los deportes de montaña y escalada, así como la de fomentar y colaborar en la creación de todo tipo de instalaciones útiles para el desarrollo de estos deportes" solicitó al ayuntamiento la cesión, de forma oficial, de la instalación.

Su intención no era otra que la de gestionar de forma autónoma tanto su uso y funcionamiento como su mantenimiento y promoción con actividades para el desarrollo del deporte en edad escolar, planes de formación de técnicos u organización de competiciones oficiales.

La oferta de la federación no tuvo respuesta, por lo que en septiembre volvieron a dirigirse al ayuntamiento para pedir una reunión con el edil de Deportes con el fin de tratar la presentada en junio referente a la gestión, uso y mantenimiento de la instalación del rocódromo "que actualmente se encuentra infrautilizada y en precarias condiciones en cuanto a resistencia a las condiciones climáticas".