En la plaza de la Concepción de 1972 nació Yiyo Nieto, que estudió en el San Antonio de don Angel, Chelo y Echevarría y en el Norba, con Jorge, que ahora es bombero, y su mujer, Patricia, la de Calzedonia. Yiyo es empresario y hostelero. En 1991, cuando regresó de la mili, montó El que faltaba en las Cuatro Esquinas, aunque su destino estaba llamado a ponerle cara al bar Belle Epoque, hoy convertido en todo un sello cultural de la ciudad.

El primer Belle Epoque de Yiyo estaba realmente en la calle de la Cruz, un bar que en sus orígenes llevaba Pedro Mango y que se llamaba El Surtidor porque vendían por las ventanas.

Yiyo se sentía entonces mayor, independiente, enamorado de Nena, que empezó en el Blues y el Freddy Montana. Nena, Eva Peroné, su hermana Cuca y Juan Carlos Coup de Soupe, enseñaron a Yiyo a mirar la hostelería no como un vaso de whisky sino como una creación cultural. Y así nació su garito de General Ezponda. En realidad a Yiyo le hubiera gustado quedarse con La Habana cuando la dejó Carlos, pero los planes fallaron y Yiyo consiguió el milagro: reavivar un local desierto llamado Tú y Yo que había en la calle de los bares y que él rebautizó con el nombre de Belle Epoque.

Durante ocho años pasaron por Belle Epoque figuras como Carmen París, Estopa, Antonio Orozco, Bebe (el cartel de su concierto lo hizo Cisco, un pintor pacense). Frecuentaban el local Javier y Ricardo, que vinieron de Barcelona , Javier Mariscal, el peluquero, Lolo, el colectivo La Plaga de Badajoz, los Pupita en la Mente, de Mérida. Pero llegaron los horarios, el botellón , la mala política de la movida y Belle Epoque cerró.

Sin embargo, el inquieto Yiyo (creador del primer afther que tuvo La Madrila: El Psicódromo, antiguo Párking, que llevaba Satur) ha apostado por La Bele (calle Niza), la Sala Belle Artes, templo de la gauche divine cacereña, y la programación de conciertos, como el de Coque Malla, que organizó el viernes en la discoteca Down (la de Tibu, Paquito Farmacia y Alfonso).

"Es la hora de los gigantes, bienvenidos al garito, mi nombre es Coque Malla". Sonó la voz de Los Ronaldos y la guitarra de Nico Nieto. Estaban Sonia, Bea y todos los demás. Durante más de hora y media regresamos al Madrid de los 80, cuando prometíamos quedarnos en Berlín para toda la vida, cuando sacábamos la lengua para bailar, cuando se apagaban las farolas, cuando no sabíamos si estábamos despiertos o estábamos dormidos y lo único que teníamos claro es que no había manera de vivir sin amor. Por eso nos gustó tanto el acústico de Coque, porque nos removió por dentro y regresamos a Madrid y a Berlín sin movernos de Albatros. Era la hora de los gigantes y Coque nos convirtió en gigantes. Gracias.

Raimundo Amador y Santiago Auserón (Radio Futura y La negra flor ), pasaron el miércoles por el Gran Teatro. Raimundo graba su nuevo disco en Cáceres, y Auserón colabora con un par de temas. Los vimos junto a la consejera de Cultura, Leonor Flores, amiga personal de ambos, que no quiso faltar a la cita.

El sarao, en el ambigú del Gran Teatro, concitó a toda la prensa cacereña. Nena, tras la barra, ofrecía café y té de frutas exóticas, y también rosquillas en forma de croquetas que había cocinado Soledad, su suegra. Raimundo y Auserón llegaron a Cáceres el lunes. Estuvieron en Babel, el bar de la calle Pizarro, y como Raimundo lleva la guitarra donde va, la fiesta se alargó. Durante su estancia en la ciudad han comido en el Mesón San Juan de Rafael Arnaiz.

En el Carpe Diem

El jueves vimos a Raimundo en el nuevo Carpe Diem que los hermanos Parodi han dejado tan guapo tras la reforma. Actuaba Maggot Brain, quinteto extremeño que toma su nombre de una canción de Funkadelic, que significa cerebro de lombriz. Carlos (que es José Carlos Macías, de Canal Extremadura Radio), Jesús, Mario, Jose y Pachi reunieron a un montón de gente en este concierto englobado en la programación del Play.

Estaban Pacheco Puig, abogado y pintor, Celes, el mejor pinchadiscos que tuvo Bol´s, Miguel Angel Caldera (hijo del cámara Enrique Caldera) y su mujer, Mamen, José Mari, el de la droguería de la calle Hermandad...

Vimos a Oscar Trigoso, José Luis Naranjo (todo blues), Teo Timón, el médico Eduardo Corchero y su mujer, Lola, Paloma Casero, farmacéutica de Malpartida, y Pedro, su marido, que es veterinario. Acudieron Leo Bernáldez, el de Elpidio y Leo, referentes de la moda en Cáceres, Rafaela Díaz Villalobos, que fue directora del Sande y Satur, el de los burros de Malpartida.

Satur es amigo de Raimundo Amador. En el 92 fue a Sevilla al bautizo de dos hijas de Raimundo. Las niñas ya tenían 13 o 14 años. Así que el cura preguntó al cantante: "¿Hijo, cómo has tardado tanto en traerlas?". Raimundo contestó: "Es que han estado malitas", lo que provocó la carcajada general dado que las niñas estaban sanas como manzanas. Raimundo, un crack, acabó el jueves subido al escenario de LaCuerda, el bar de Santi, que se llenó.

Esta semana Cáceres ha servido de rodaje a Planes para mañana , dirigida por Juana Macías. Lástima que apenas hayamos visto ni a Goya Toledo ni a Carmen Elías por culpa de la nefasta política de prensa de los organizadores. Y eso que la Consejería de Cultura ha dado una ayuda de ¡¡¡300.000 euros!!! a las tres productoras (dos de Madrid y una extremeña).

Pero ellos no han mimado a la prensa. Nada que ver con aquella Penélope Cruz, con aquel Gerard Depardieu que tantas instantáneas nos regalaron después de que nosotros, igual que a Planes para mañana , les regaláramos este plató cinematográfico de Cáceres, único en el mundo. ¿Así agradecen nuestros regalos, así promocionamos el 2016?.

Felicidades a Cristina Boyero, de la zapatería Bogart, que se casó ayer con el músico y trompetista Jaime Rodríguez, director musical de la orquesta de Pilar Boyero. La ceremonia fue en Santiago y lo celebraron en el Alvarez.

Enhorabuena a Amelia Tornero, que también se casó ayer. La periodista cacereña, que ahora trabaja en COPE Santander, contrajo matrimonio con Miguel Angel. La boda se celebró en la iglesia conventual de Santo Domingo y la cena fue en el castillo de las Arguijuelas.

Raimundo y Coque guardan sus guitarras, el Urban nos descubre el misterio luminoso del Chalet de los Málaga y nosotros volvemos a casa con la sensación de que en Cáceres, la ciudad de la eterna belle époque, siempre tendremos planes para mañana, aunque no esté Goya Toledo.