El hotel Hesperia Finisterre, situado en el privilegiado enclave del Paseo Marítimo de La Coruña junto al castillo de San Antón, sirvió anoche la cena de gala del Festival Gastronómico de Cáceres, una cita que organizan la diputación y la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura y que este año ha celebrado su 20 edición.

Once restaurantes de la provincia mostraron lo mejor de la gastronomía cacereña en un acto que reunió a unos 150 comensales, entre ellos numerosos cocineros, prensa extremeña y gallega (una buena parte de ella especializada en gastronomía), políticos y expertos en turismo. La presidió el presidente de la institución provincial, el socialista Juan Andrés Tovar. A los asistentes se les obsequió con una réplica de la Torre de Carvajal, obra de María Jesús Alvarez Cancho.

Un cóctel con vistas al mar en el que se degustaron productos singulares y denominaciones de origen con los que la diputación tiene firmado un convenio sirvió de preámbulo a una cena buffet en el impresionante Salón Victoria donde se sirvieron más de un millar de raciones. La convocatoria demostró el paso de gigante que ha experimentado este festival que durante 14 años se celebró en el Complejo Alvarez, germen de un certamen que anualmente crece en calidad.

Pero tras esos 14 años, el Festival Gastronómico quiso ir a más, de ahí la iniciativa de la diputación de sacarlo fuera de nuestras fronteras. Pasó primero por el Ritz de Madrid para luego continuar su periplo por Barcelona, Lisboa, San Sebastián, Sevilla y ayer llegó a La Coruña.

Precisamente, el presidente se refirió a esta cuestión al pedir al Consorcio Cáceres 2016 que elija una ciudad europea que haya ostentado la capitalidad o que aspire a ella para que el año que viene sea sede del festival. Tovar destacó igualmente la importancia de que la 20 edición se haya celebrado en La Coruña y alabó la mejora de comunicaciones entre Galicia y Extremadura a través de la Vía de la Plata.

El presidente insistió en la necesidad de que productos como el pimentón, el queso y el jamón se abran paso en la gastronomía gallega, algo que también citó Magín Carbonero, presidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura, quien subrayó la "maestría, diversidad, respeto por el producto e innovación" de los cocineros cacereños.

Lo cierto es que el encuentro sirvió como escaparate del sector gastronómico gracias al esfuerzo institucional pero especialmente al de los cocineros, que acertaron con sus platos después de haber recorrido más de 700 kilómetros desde Cáceres para acercar sus delicias a La Coruña, la ciudad melosa, llena de tiendas, pastelerías, restaurantes y bares con precios asequibles y cafeterías donde es fácil encontrar hasta 10 periódicos diferentes. La ciudad de la playa de Riazor y de la plaza de María Pita. La ciudad donde, por cierto, ayer no cayó ni una gota pese a las predicciones del tiempo que anunciaban temporal.