La crispación está en la calle y las paredes son testigos. Fachadas, vallas, garajes, puertas... Las pintadas de crítica y denuncia social han proliferado en Cáceres convirtiendo la ciudad en un gran mural de la reivindicación. Se pide pan, se pide trabajo, se piden viviendas, se piden derechos, se pide dignidad... Todo ello de norte a sur, en el centro y en los barrios. "El grafiti es un modo de comunicación entre autor y transeúnte, al alcance de cualquier mirada, sin tíquet ni horario", explica la antropóloga cacereña Esther Masa, especialista en este ámbito. Y efectivamente esa forma gratuita de protesta parece calar más hace meses, pero al mismo tiempo emborrona la ciudad atentando contra el patrimonio público y privado.

Las pintadas improvisadas con sprays negros o de color, realizadas generalmente con trazos rápidos, a modo de frases o párrafos lapidarios, nada tienen que ver en realidad con el grafiti artístico cuidado hasta el extremo. Numerosos edificios aparecen ahora decorados con estas leyendas que expresan el malestar social. La clase gobernante se lleva la peor parte. 'De cada dos políticos sobran tres' , expresa un muro próximo a la plaza de toros. 'Los artistas mienten para decir la verdad, mientras que los políticos mienten para ocultarla' , reza una fachada de Gabino Muriel. 'La lucha está en la calle, no en las urnas' , dice otro escrito en Reyes Huertas.

COCTEL DE MENSAJES Las reivindicaciones laborales destacan entre las más numerosas. Hay llamadas a distintas manifestaciones y jornadas de huelga. En la calle Dionisio Acedo puede leerse 'Curro digno' , en un edificio de Maluquer 'Viva la lucha obrera' , junto a León Leal 'Pan y trabajo' , en ronda del Carmen 'Contra los recortes, huelga combativa' , o en la avenida de Cervantes 'Más trabajo, menos abusos. Todos son falsos' .

Hay reivindicaciones globales ('Vivienda digna' ), y algunas más locales ('Cáceres se muere' ). También a favor de mejorar el sistema ('¡¡¡Enseñanza pública, sí!!!' ), y otras en contra del mismo ('Ni Dios, ni amo, ni patriarcado' ). Muchas son de ultraizquierda ('Fascismo cruel' ), y las menos de ultraderecha ('Ni nazis, ni racistas, siempre fascistas' ). Frente a las concisas y contundentes ('Castigo a los patrones' ó 'No al recorte de derechos' ), están las poéticas y románticas ( 'Lo imposible solo tarda un poco más' ). Unas preguntan ('¿Eres normal o piensas?' ) y otras aseveran ('No nos gusta vuestro pensamiento' ). Incluso han aparecido un par de ellas en el centro de salud Plaza de Argel, a favor de los presos etarras.

Pero sin duda, la que más quebraderos de cabeza ha deparado este verano, llegando a atentar reiteradamente contra el patrimonio histórico cacereño, es la pintada 'Viva Gordillo' por toda la ciudad monumental, en alusión al ya conocido episodio de los carros. Al menos seis muros quedaron a mediados de agosto marcados con esta frase: ábside de la concatedral de Santa María, Arco del Socorro, calle de La Manga, calle Pereros, Adarve de Santa Ana y el templo de Santo Domingo ya fuera de la muralla.

"Si hacemos una rápida clasificación, las pintadas más numerosas están relacionadas con el ámbito laboral y el recorte de derechos de la clase trabajadora. También destacan las relativas al desigual reparto de la riqueza, y ahora abundan las que critican a la clase política" , explica Esther Masa Muriel, licenciada en Historia del Arte y en Antropología Social y Cultural, autora del libro 'El grafiti como exponente de la cultura urbana en Cáceres' , y ahora inmersa en la primera tesis doctoral de Extremadura sobre este ámbito.

Otros temas recurrentes en los muros son, según la especialista, las críticas a los cuerpos policiales y más recientemente las quejas por la entrada de inmigrantes. "Es cierto que ahora este tipo de pintadas de contenido social se dan con mayor intensidad por la situación de crisis, pero esos matices reivindicativos e incluso antisistemas han estado siempre presentes en el mundo del grafiti, en sus orígenes, no es nuevo", señala la antropóloga. De hecho,

muchas pintadas, tal y como apunta Esther Masa, se realizan sobre las fachadas de los edificios relacionados con el sistema: organismos, bancos, cajas...

Una diferencia sustanciosa respecto al grafiti artístico es que, además de descuidar la calidad, las pintadas críticas suelen ser anónimas, de autor desconocido en la inmensa mayoría de los casos, sobre todo para no tener que afrontar la sanción correspondiente. "Detrás puede estar desde un trabajador descontento hasta un adolescente que realiza habitualmente otras pintadas. En cambio, el grafiti artístico sí reivindica su identidad con una pieza mural que se firma de una u otra manera", indica.

El grafiti nació en Nueva York a finales de los años 60 como forma de marcar el territorio en los barrios. En Cáceres comenzaron a verse en los años 70 y han ido evolucionando. Hoy existe buen nivel en la ciudad, hay trabajos de calidad, según Esther Masa, en alusión a los grafiteros que pintan en muros legales (permitidos) o recintos abandonados.

De hecho, en Cáceres se formó en 2009 la Asociación de Escritores de Grafiti Urban Art, con miembros de entre 14 y 25 años que disponen de un carné para pintar en ciertos lugares y promueven que no se hagan pintadas ilegales ni vandálicas, que perjudican seriamente la estética de la ciudad. Coinciden en su gusto inicial por el dibujo o la pintura, "y conforman una especie de gran familia donde casi todos se conocen", señala la antropóloga. En general sus peticiones pasan por disponer de más apoyos, medios y muros legales donde expresarse.