La ciudad es un espacio en el que personas plurales desarrollan actividades diversas (la producción, la reproducción, el cultivo de afectos y creencias, el aprendizaje, el ocio, la convivencia, etc.) y en el que la gente consume, se mueve, se mezcla y, desde luego, interactúa. Las ciudades que más emprenden, aprenden, se mezclan, participan y se conectan son siempre las más creativas, las que más innovan, las que se colocan a la vanguardia de los cambios.

En los últimos dos años Cáceres ha asumido el reto de repensarse. El reto de convertirse en una ciudad en la que la convivencia, el respeto y la creatividad sean referentes. Una ciudad a la que le interesa el mundo y cuyo espacio de actuación trasciende lo local. Una ciudad creativa e innovadora no sólo en los ámbitos tecnológico, económico o productivo, sino también en el cultural y en el de las relaciones humanas, con el propósito de convertir la ciudad en un espacio público sostenible.

Richard Florida, experto mundial en innovación urbana, resume en ´tres tés´ (tecnología, talento y tolerancia) la base del dinamismo cultural de toda ciudad creativa, en la que hay que estimular, como condición previa a la sociedad del conocimiento, el surgimiento de emprendedores que demandan ciudades creativas para vivir, en las que buscan seguridad, oportunidades e infraestructuras para el desarrollo personal y profesional. Aspectos a los que se adhieren algunos intangibles como el del liderazgo político, el respeto y la tolerancia y, lo más importante, auténtico carácter, el alma de la ciudad.

Lo verdaderamente importante para el desarrollo de nuestra ciudad son las personas. Cáceres cuenta con la materia prima, lo estamos comprobando día a día. Pero no basta si no se dan otros factores fundamentales: impulso político y compromiso ciudadano. El primero, les puedo asegurar que existe. Para fomentar el segundo hay que abrir espacios de participación, establecer redes, fomentar el asociacionismo, popularizar la tecnología, promover el conocimiento científico, potenciar el capital social, motivar actitudes de tolerancia cultivando la diversidad e inclusión ´de los otros´ e incorporar el talento. Es lo que estamos gestando, día a día, desde el ayuntamiento. Buen ejemplo de ello ha sido el proyecto de dinamización de la Ribera del Marco durante estos últimos meses, clave y motor de toda la legislatura para demostrar que somos una ciudad viva, creativa y con capacidad para repensarse.

En definitiva, estamos obligados a innovar para mejorar la competitividad de nuestra ciudad, pero también para aumentar la cohesión, la igualdad, y la calidad de vida. Tenemos que impulsar la innovación en el liderazgo local promoviendo la modernización de los organismos públicos, el fomento de la participación de todos los actores locales y el impulso creativo de la ciudadanía y sus organizaciones.

Hoy nadie discute el papel de los municipios como motores económicos, ni su capacidad de convertirse en los núcleos donde más fácilmente puede favorecerse la innovación política y social.

El ayuntamiento es la administración que mejor puede actuar como unidad integradora de la compleja sociedad moderna, gracias a su mayor capacidad de adaptación a las demandas ciudadanas, incluso en ámbitos que no son de su competencia, y a pesar de sus problemas de financiación. No obstante, estamos convencidos de que la política local debe trascender la gestión pura. Se necesitan puntos de vista que coloquen al ser humano, a la ciudadanía, en el centro del discurso y la acción política. Que tengan en cuenta las implicaciones ambientales, económicas y sociales de sus acciones. Que asuma la transparencia y la participación ciudadana como los pilares sobre los que se asiente un modelo de ciudad repensada.

Se trata, en definitiva, de una forma de hacer política, de un modelo de ciudad que apuesta por la sostenibilidad, la creatividad, la transparencia y la participación, que busca proteger a los más débiles, que se preocupa por el pleno desarrollo de todos los barrios de la ciudad, que quiere mejorar la calidad de vida de esta generación, y de las futuras. Se trata de hacer una ciudad repensada con todos.