Es posible realizar el 50% de los trayectos habituales de Cáceres usando la bicicleta sin demasiados problemas. Son aquellos que transcurren por vías con poco o nulo tráfico y zonas de poca pendiente. No lo dice cualquiera, lo dice el Plan de Infraestructuras para la Movilidad Urbana Sostenible (PIMUS), que pretende hacer de Cáceres una ciudad con un futuro saludable, porque ahora no lo tiene. Luego está la cuesta del cementerio, el casco viejo, las pendientes de la zona norte..., pero la tecnología avanza en forma de bicis eléctricas, de pedales asistidos, y otras opciones como subirlas al bus urbano... En definitiva, Cáceres sí es ciudad para bicis, solo hay que impulsarlas, un empeño asumido por el grupo municipal Ciudadanos (C’s) que comparten los aficionados a las dos ruedas.

Seis de cada diez cacereños (56%) realizan sus desplazamientos habituales en coche, y algo más de cada tres (34%) a pie. Solo uno (9,6%) coge el transporte público, mientras que la bici apenas tiene una presencia testimonial del 0,1% (gráfico anexo). A diario se registran 89.588 desplazamientos en vehículos. Los cacereños consumen 4,2 millones de litros de combustible al año y generan un impacto de 10.360 toneladas de CO2. En otras ciudades de similares dimensiones se camina más, se usa más la bicicleta y se conduce menos. De hecho, el PIMUS etiqueta a Cáceres como «no sostenible». Si no se actúa, la tendencia va a peor según los estudios.

Por ello, el plan propone reducir el uso del coche al 50% en el horizonte 2024, subir el transporte público al 12,5%, elevar los trayectos a pie hasta el 36,5% y llevar la bicicleta hasta el 1% (puede parecer reducido, pero supone multiplicarla por 8). ¿Pero cómo? El PIMUS ofrece distintas medidas, muy numerosas en el caso de la bicicleta, que C’s suscribe y pide que se pongan en marcha. De hecho, este grupo municipal presentó en 2016 una moción para la ‘Integración del uso cotidiano de la bicicleta en Cáceres’, que fue aprobada. Sin embargo, «poco o casi nada se ha hecho desde entonces, salvo la inscripción de Cáceres en la Red de Ciudades por la Bicicleta», lamenta Antonio Ibarra, concejal de C’s pero también usuario cotidiano de las dos ruedas.

España ha liderado en los últimos años el incremento del uso de la bici a nivel mundial (8%). «En Cáceres, donde existe mucha afición los fines de semana, también comienza a verse un número mayor de personas que la emplean para desplazase a sus ocupaciones diarias: trabajo, compra... Es un símbolo de desarrollo, un síntoma de que la gente está concienciada y quiere llevar una vida saludable. La sociedad cacereña lo está demandando», explica Antonio Ibarra.

EN RIESGO / El problema estriba en que no hay apenas itinerarios para las bicis, que deben circular por espacios no preparados para ellas, sin definir, entre peatones y vehículos. «Se ponen en riesgo, por eso hay que facilitar el uso diario, ordenando y favoreciendo los espacios», subraya el edil.

Pero no basta solo con crear más carriles específicos, señalizar cruces y organizar la movilidad, es decir, no solo basta con invertir. «Hay que realizar campañas de concienciación para peatones, ciclistas y conductores, los tres agentes que deben compartir la calle respetando sus papeles».

Desde C’s también ven necesario generar nuevas infraestructuras que de verdad fomenten el uso de la bici, como zonas de aparcamiento específicas y la recuperación de las más de 150 bicicletas municipales del servicio que se puso en marcha en 2009, hoy «abandonadas». «Con concienciación, estímulo y dotaciones, los cacereños responderán. Muchos lo están deseando», indica Ibarra. También aboga por habilitar espacios en los autobuses urbanos --por ejemplo los ya reservados a carritos y sillas de rueda--, para poder subir la bici al transporte público, «sobre todo en zonas de fuerte pendiente, como ocurre en otras ciudades», afirma Ibarra.

Pero sobre todo, C’s insta al ayuntamiento a dar cumplimiento a la primera fase del plan PIMUS, que lleva ya dos años en marcha sin que apenas se hayan cumplido las propuestas a corto plazo. «Establece una serie de itinerarios para bici siguiendo zonas llanas. Nosotros precisamente planteamos en nuestra moción un eje desde la estación de autobuses y trenes prácticamente hasta la plaza Mayor, por avenida de Alemania, Cánovas y San Antón, que proponemos peatonalizar. A diario se ven ciclistas jugándosela en esta calle», señala el edil. Desde C’s recuerdan que son medidas de aplicación sencilla. «No se trata de tener una gran red de carriles bici, sino de que convivan vehículos, peatones y ciclistas».

‘cáceres bike’ / De la misma opinión se muestra Ángel Denche, responsable de la Escuela de Ciclismo Cáceres Bike, donde medio centenar de alumnos aprenden a circular. «Esta ciudad es tan apta para la bicicleta como cualquiera. Hay cuestas, sí, pero otros municipios tienen una orografía parecida y no supone un obstáculo, además existen bicicletas eléctricas que se están incorporando a los sistemas públicos de alquiler de otros lugares, y que cada vez más gente compra», explica.

Lo que ocurre es que en Cáceres no existe todavía una concienciación de la bici para el uso diario, «la gente no se anima a salir con ella», reconoce Ángel Denche. Y esta falta de costumbre genera un problema mayor: «no tenemos asimiladas las normas de circulación ni el respeto al ciclista, muchos conductores se formaron cuando la bici no compartía espacio en la calzada. Con un poco de interés y sensibilización desde la etapa escolar, Cáceres podría ser una ciudad de bicicletas, el clima es benigno y las distancias se cubren perfectamente», indica.

Todo ello necesitaría otro esfuerzo: la adecuación de las infraestructuras. «El tráfico resulta un peligro, hay pocos espacios para la bicicleta, tienen que convivir con los vehículos en las calles del centro y eso intimida a muchos ciclistas», advierte el director de la escuela. Por las aceras tampoco es prudente pedalear, salvo a la velocidad de los peatones «y al final no sabes por dónde ir, por eso a los cacereños les cuesta dar el paso a sacar la bici», señala Denche.

Además, no todos los carriles bici son adecuados. Existen unos doce kilómetros, la mayoría dentro de un gran itinerario por la ronda Norte que ya enlaza con la N-630 hasta el Pasarón. Y este eje se ha unido hace poco más de un año con las redes de carriles bici de Casa Plata y la carretera de Miajadas, una actuación recogida en el PIMUS. También existen tramos en ciertas urbanizaciones.

«Pero algunos de estos carriles se limitan a imprimir el dibujo de una bicicleta en el suelo, por donde iba el arcén, y al final es el mismo espacio sin habilitar para el ciclista, te encuentras con alcantarillas o baches, vas junto a los coches que no siempre respetan las limitaciones», lamenta el director de la escuela, que anima a ampliar la red de forma adecuada.

En concreto, los presupuestos municipales de 2017 contemplan una partida de 150.000 euros para reforzar los carriles bici, si bien debe decidirse el trayecto.