Conservar el extraordinario patrimonio cacereño y revitalizarlo al mismo tiempo. Mantener viva una ciudadela medieval con los máximos reconocimientos internacionales, facilitar los servicios que sus residentes requieren hoy, integrar grandes eventos culturales... y todo ello sin dejar de velar por su conservación. Objetivos ni mucho menos opuestos pero que requieren de una gestión muy afinada y compleja. Ésta es la difícil tarea que tiene encomendada el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, a punto de cumplir su primer lustro. Tras un periodo de puesta en marcha, ya se ha convertido en una herramienta fundamental con más de una docena de actuaciones al año, desde la apertura de la Torre de las Cigüeñas hasta la inminente peatonalización de San Juan o la gestión de los procesos para restaurar la muralla.

Integrado por el ayuntamiento (participa con un 40%), la Junta de Extremadura (40%) y la Diputación Provincial (20%), la presidencia del consorcio corresponde a la alcaldesa porque su ámbito de actuación se circunscribe a la ciudad. Su creación fue un intenso proceso de dos años también gestado desde la alcaldía para que Cáceres tuviera esta herramienta, presente en otras ciudades patrimonio. Funciona a tres bandas, con representantes de las tres instituciones tanto en su Consejo Rector como en su Comisión Ejecutiva. Incluso el personal (técnicos, arqueólogos, historiadores, interventor...) procede de las tres administraciones. Desde 2013 César García, y desde 2014 Javier Sellers, han sido los responsables de pilotar esta entidad como directores técnicos, una labor que además incluye la difícil tarea de coordinar las actuaciones que todas las administraciones realizan en el patrimonio para evitar algunos vacíos y optimizar recursos.

Los consorcios (o patronatos), presentes en todas las ciudades con reconocimiento histórico, se encargan de velar por el patrimonio mueble e inmueble. En el caso de Cáceres, su paraguas abarca desde las cuevas prehistóricas a la Ciudad Monumental e incluso, de forma singular y novedosa, hasta el patrimonio digital. Evidentemente el peso de la parte antigua es muy significativo en la labor del consorcio. «Los problemas de cada barrio suelen afectar a cada barrio, pero los problemas de las ciudades históricas afectan a sus vecinos, a los visitantes, a los comerciantes, a quienes participan en los eventos y, en suma, al resto de los ciudadanos que de una forma u otra siempre las frecuentan. Por eso, desde el consorcio tratamos de ver todas las cuestiones de forma horizontal, en conjunto, para buscar actuaciones efectivas», explica Javier Sellers.

PRINCIPALES INTERVENCIONES / Lo más visible de su labor en estos cinco años han sido las intervenciones en el patrimonio para mantenerlo, conservarlo, renovarlo, abrirlo al turismo y hacerlo accesible. Ha habido actuaciones en espacios simbólicos, dirigidas a toda la ciudad y a los millones de turistas que vengan o estén por venir, pero también pequeñas adecuaciones de bellos rincones del casco histórico que contribuyen a que la imagen de la ciudad sea óptima.

Entre los proyectos de envergadura destaca la apertura al público el pasado 5 de marzo de la Torre de las Cigüeñas (siglo XV), la más alta de Cáceres, una vez realizadas las obras de adecuación del acceso para salvar los 25 metros de desnivel. Este nuevo recurso turístico, situado en el Palacio de Diego de Ovando, ha sido posible gracias a un convenio firmado por el Ministerio de Defensa, titular del palacio, y el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, que ha invertido 50.000 € y se ha encargado de la ejecución. Desde la terraza se ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad, que se puede contemplar en 360 grados.

El consorcio también ha facilitado las visitas al Oratorio San Pedro de Alcántara, una joya del siglo XVII, contribuyendo a la obra de la entrada. Asimismo, ha reparado las humedades del Baluarte de los Pozos, que afectaban al centro de interpretación y a la propia torre, del siglo XII. Además, ha hecho accesible la plaza más transitada de patrimonio cacereño, San Jorge, «un gran centro cultural al aire libre que acoge numerosos eventos y que supone uno de los rincones más hermoso de la parte antigua», subraya el director del consorcio. Para ello se ha dispuesto una rampa muy integrada en el entorno, que permite el paso a cualquier persona sea cual sea su grado de discapacidad.

Además, esta entidad ha mejorado la señalización del camino de Santiago a su paso por Cáceres, el pavimento de la plaza de Santa Clara, el solado de la travesía de las Candelas, la urbanización de la travesía del Callejón del Moral, y la reparación de las escorrentías de la calle San Roque, así como la seguridad de la antigua cisterna descubierta en esta calle. Ha instalado las letras ‘Cáceres’ en la plaza Mayor, un icono fotográfico que cumple su misión, También ha modernizado las 84 placas de metacrilato de todos los monumentos de la parte antigua (palacios, iglesias, casas fuertes...), con contenidos mejorados que facilitan su lectura y nuevos pictogramas para las personas que presentan trastorno del espectro autista.

Además se han realizado actuaciones en las zonas verdes de la Ciudad Monumental que se traducen en cambios visibles para el entorno, por ejemplo en los ajardinamientos de la plaza Conde de Canilleros, del callejón del Gallo y de la calle Sinaí (Tenerías). Durante 2018, el consorcio seguirá con las obras y vivirá su año más intenso en actuaciones propias, que se detallan en el reportaje anexo.

ÚTIL EN GRANDES PROYECTOS / Pero este organismo también colabora en proyectos que intervienen en el patrimonio cacereño, financiados por cualquiera de las administraciones consorciadas. Son iniciativas de mucho peso, como la renovación del alumbrado monumental de la Ciudad Histórica, con 630.000 euros aportados por el Gobierno de Extremadura y Endesa. El consorcio ha ayudado a la introducción del nuevo alumbrado (486 proyectores) en todas las calles y 38 edificios (palacios, iglesias...), para lograr mayor rendimiento energético con un ahorro del 53% en la factura, menor contaminación lumínica y un resultado más elegante.

También colabora intensamente en el proyecto de restauración de la muralla, tanto en el proyecto, financiado por la Junta con 70.000 euros, como en la ejecución de la primera fase (franja sureste), sufragada con 700.000 euros por los ministerios de Fomento y Cultura a través de la Comisión Mixta del 1,5% Cultural, y por el ayuntamiento con 300.000 euros. Será la actuación más significativa de las últimas décadas en el patrimonio cacereño. Además de la primera fase, ya se está preparando el proyecto para poder optar de nuevo a estas ayudas y continuar con la segunda.

En la misma línea, los profesionales del consorcio colaboran con distintas actuaciones de las administraciones a las que pertenecen. Por ejemplo con la instalación de las escaleras mecánicas de Alzapiernas (450.000 €), dentro del proyecto DUSI concedido por Europa al ayuntamiento, o con la reurbanización integral de la plaza de Santiago (340.000 €), incluida en otro plan DUSI similar otorgado por la UE a la Diputación.

Pero no todo el patrimonio es urbanístico. Por ejemplo, el consorcio ha aportado la infraestructura para la digitalización de los documentos más complicados del Fondo Medieval, el de mayor valor del Archivo Histórico Municipal.

Además, la entidad se encarga de una tarea que requiere bastante tiempo y esfuerzo: emitir los informes técnicos preceptivos para las licencias de reforma que tramita el ayuntamiento (viviendas, locales, negocios...) en todo el ámbito del Plan Especial de Protección y Revitalización, es decir, de la Ribera del Marco al límite de San Antón y de San Blas-plaza de Toros hasta San Francisco.

Su número va creciendo gracias a la recuperación residencial de esta zona. Las licencias de obra mayor pasaron de 24 en el año 2016 a 76 en 2017, y tienen una proyección de 144 en 2018. Las obras menores aumentaron de 177 a 224 en ese periodo, y este año se prevén 250. Por cierto que el consorcio cacereño ha creado un premio a las mejores rehabilitaciones para incentivar el trabajo bien hecho en el casco urbano cacereño, que este año llega a su segunda edición.

LUCHA CONTRA EL ‘GRAFFITI’ / Hay más cometidos. El personal del consorcio mantiene una batalla contra los graffitis, con campañas periódicas de limpieza que incluyen diversas calles, y sucesivas charlas en los centros escolares, acompañadas de un perito calígrafo que explica a los chicos que hoy se puede identificar a los autores de las pintadas.

Asimismo, el consorcio financia y coorganiza eventos: la muestra sobre Isabel la Católica, la Procesión Magna, el Campeonato de España de Ciclismo, el certamen Cáceres Abierto de 2017, la Pasión Viviente de 2018... Dentro de la labor divulgativa, la entidad también tiene algunos proyectos en marcha, especialmente la recopilación de las actividades que realizan los colegios e institutos para divulgar el patrimonio cacereño de forma amena. Por ejemplo, existe un profesor capaz de explicar la geometría a través de las fachadas de la Ciudad Monumental: triángulos, simetrías, molduras de todo tipo... El consorcio pretende llevar algunas de estas propuestas a los programas escolares, con el visto bueno de la administración, para que los chavales tengan conocimientos de la ciudad.

Tampoco faltan los estudios temáticos del consorcio, de utilidad en distintos proyectos e iniciativas. Uno de ellos recoge un análisis de la situación de la jardinería, el arbolado y las plantas en la ciudad histórica. Otro está inventariando el patrimonio a escala de los edificios monumentales (puertas, gárgolas, cornisas...). Un tercero versa sobre ‘La memoria de Cáceres’, un patrimonio muy cuidado en otras ciudades que sistematiza y recoge qué personas, eventos y lugares merecen ser especialmente recordados.