La música dio ayer una lección de solidaridad y Cáceres siguió el ritmo. Al cierre de esta edición, cerca de un millar de personas presenciaban las actuaciones de una decena de grupos extremeños que participaron de forma desinteresada. Público y músicos acudieron a la ´llamada´ del IES Universidad Laboral, organizador del festival, cuya recaudación se donará a un proyecto de la asociación Hijos del Sol Inti Rayni, destinado a habilitar bibliotecas e infraestructuras educativas en Arequipa (Perú).

Todos llegaron a la plaza de toros con el único objetivo de repetir el éxito de la pasada edición, cuando se recaudaron unos 23.000 euros a favor de Malawi. Además, disfrutaron de una noche de conciertos que se prolongó hasta las tres y media de la madrugada.

El concierto comenzó puntual, a las 18.30 horas, pero con una salud que en ese momento hacía honor al grupo que rompía el hielo, Pronóstico Reservado. Las cerca de 200 personas que entonces presenciaban el festival optaron en su mayoría por seguir la actuación desde la grada. Aun así, los organizadores estaban satisfechos con la afluencia de público en esos momentos. "Es muy pronto aún, a medida que caiga la noche llegará más gente", explicaba el director del centro José María Alegre, poco antes de subirse al escenario como bajista de Pronóstico Reservado. Y al poco tiempo el público ya empezaba a acompañar la música.

Tras ellos, Antártica, Xoia Mai, Funkensteins, Jerigüey, Spanglish, The Buzzos, Momo, La taberna de Moe y Carnica Sound se sucedieron en el escenario que se montó sobre el albero, y que estaba flanqueado por dos grandes carteles con motivos alusivos a la artesanía de Perú, que había regalado al centro un grupo de ese país que visitó tiempo atrás la Universidad Laboral durante una reunión científica.

El humorista Cabuby repitió como maestro de ceremonias e incidió en lo importante que era que "todos pongamos nuestro grano de arena en esta causa". Siguiendo esa premisa el guitarrista del grupo Carnica Sound, Javier Almeida, destacaba que "lo importante hoy --por ayer-- es la causa a favor de Perú, pero esa causa nos permite promocionar la música extremeña".

Y no se equivocaba, a medida que la tarde se hacía noche y los grupos se sucedían, aumentaron los granos de arena en forma de espectadores y crecía la actividad tanto en la barra y como en el puesto con productos de artesanía peruana instalados frente al escenario, y atendidos por profesores y alumnos del centro educativo.

"Todos estamos muy emocionados, porque se ha implicado toda la ciudad, desde las instituciones al comercio y por supuesto el público. Vienen amigos, de amigos, de amigos de los alumnos", explicaba Emilia Gómez, profesora de Plástica, y ayer encargada de inmortalizar con la cámara de video el festival.