Aseguran quienes se han quedado en Cáceres el último mes que han vivido el agosto más plano en la reciente historia de la ciudad feliz . Y lo curioso es que había mucha gente: turistas extranjeros, turistas de los pueblos de la provincia y miles de cacereños que se quedan en agosto, pero parecía que alguien había decidido echar el pestillo y sólo faltaba colocar un cartel en cada entrada de la ciudad: Cáceres, cerrado por vacaciones .

Hasta hace poco, a la ciudad feliz le bastaba con su palmito para venderse. Pocos la conocían y cuando llegaban despistados, se llevaban una sorpresa descomunal ante tanta belleza monumental. Pero eso se acabó. Cáceres ya no sorprende. Sigue gustando mucho, pero no sorprende.

Hasta el año 2001, la ciudad feliz estaba aún en el segundo plano turístico. Las guías la alababan, pero no la colocaban en el pedestal de los must ni en la cr¨me de la cr¨me . Fue en 2002 cuando la guía verde Michelín otorgó, por fin, las tres estrellas a Cáceres y la situó, como destino turístico, a la altura de Granada, Córdoba, Santiago, Barcelona, Segovia, Salamanca, Toledo, Madrid y Sevilla.

Márketing de ciudades

Y se acabó la sorpresa. Los visitantes que acuden a Cáceres ya saben qué se van a encontrar y para seducirlos hace falta algo más que monumentalidad. La lucha entre las ciudades por el turismo es tan fuerte que uno de los libros de moda entre concejales, arquitectos y sociólogos es Márketing de ciudades , de V. de Elizagarte, en Pirámide.

Hoy, los lugares que interesan y atraen al turismo cultural son aquellos que tienen presente. Las ciudades que basan su atractivo sólo en los restos históricos atraen menos y, sobre todo, no invitan a permanecer. Bilbao, Valencia, Barcelona son ciudades con presente, capitales modernas que atraen a los jóvenes y a los turistas más despiertos.

Italia se está quedando gagá y se ha convertido en un gran museo para viajes organizados. En Europa, vuela Berlín, despega Oporto, siguen dando fuerte Amsterdam, el Londres del milenio y el París de Mitterrand. En España, A Coruña, con sus modernos museos y su actividad cultural, ya agarra al turista más tiempo que Santiago y en Salamanca han aprendido y este verano han llegado a un índice de ocupación hotelera desconocido en la ciudad del 65%.

Pero en la ciudad feliz , en cuanto llega julio, los concejales se van a la playa y deben de creer que si ellos no están, nadie está. Badajoz empieza a tener su gracia y su presente: comercio, casino, comunicaciones, zona fluvial de ocio, programación entretenida de verano. En Cáceres parece que tras el festival de teatro se acaba todo. Mientras llega la colección Helga de Alvear habrá que discurrir para tener presente además de pasado, para abrir también en vacaciones.