"Si esto hubiese pasado cualquier otro día, la acera estaría abarrotada de peatones esperando a cruzar la calle. No lo quiero ni pensar. El impacto sobre el suelo ha sido impresionante". Así relataba un quiosquero lo ocurrido en la mañana de ayer, cuando varios ladrillos se desplomaron desde un balcón de la esquina de Antonio Hurtado con la avenida de Portugal, sobre uno de los puntos más transitados de Cáceres a diario.

Las circunstancias quisieron que ocurriese un domingo a las nueve y cuarto de la mañana, cuando sólo una mujer pasaba por la zona nada más comprar el periódico en el quiosco situado en este punto. El hecho de que caminara bajo una cornisa evitó males mayores. Bomberos y policía local revisaron el balcón y dejaron acordonada la zona.