Me llama poderosamente la atención la noticia leída recientemente sobre como se ha pronunciado el pleno del Ayuntamiento de Cáceres en torno a la moción presentada por un grupo político sobre la creación de la Concejalía de la Mujer. Resultado: ¡moción rechazada!, con los votos del equipo de gobierno y la abstención de un grupo político que recientemente ha llegado al consistorio. Parece ser que no se han hecho eco del suspenso tan estrepitoso que la ONU ha dado al gobierno español en materia de políticas de Igualdad, donde la mujer es víctima principal de la larga y compleja recesión económica actual que estamos viviendo.

Asistimos, muy a pesar nuestro, a un retroceso respecto a los avances en la posición de las mujeres en empleo, salarios, disponibilidad de servicios públicos de cuidados y acceso al poder económico y empresarial. El progreso de las últimas décadas se sustentó en políticas públicas de igualdad de género y de desarrollo del Estado de Bienestar. Si hacemos un ligero repaso a la situación actual y nos basamos en estudios reales podemos ver como los usuarios y cuidadores afectados por la ley de dependencia muy mayoritariamente son mujeres.

Dos terceras partes de quienes reciben un servicio de ayuda a domicilio, el 85% de los usuarios de teleasistencia y el 67% de quienes viven en residencias de mayores son mujeres. También los beneficiarios del salario social o renta mínima son, en su mayoría, mujeres.

El llamado trabajo de los cuidados, el hogar y la familia sigue recayendo mayoritariamente entre la población femenina. La crisis ha frenado pero no ha revertido, eso sí, la imparable incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Sus trabajos continúan siendo, pese a todo, más precarios y peor pagados. Tres ejemplos. Ocho de cada diez mujeres ocupadas a tiempo parcial son mujeres. El número de mujeres desempleadas duplica aún el existente en 2008. Y la brecha salarial ha aumentado. Hay hoy más mujeres que en 2008 que cobran menos que los varones. Las mujeres crían a sus hijos, cuidan a sus padres, atienden sus casas, se forman mucho y, pese a todo, se topan con más dificultades para acceder al trabajo y, si lo consiguen, encima cobran menos.

El camino hacia la igualdad de género está todavía por recorrer, queda mucho camino, muestra de ello es la votación del pleno de este Ayuntamiento de Cáceres, negando una Concejalía de la Mujer, necesaria para dar cumplimiento a los convenios internacionales firmados y ratificados por el Estado español en el marco de la igualdad de género y la no discriminación. Caso omiso. Lamentablemente las mujeres seguimos teniendo techos de cristal, y ovejas negras entre nosotras, necesitamos del respaldo de las instituciones para llegar a esta igualdad que como personas reclamamos.