Si los criterios con los que una cátedra madrileña ha aplicado a los nombres que figuran en las calles de la capital se hicieran extensivos a todas las ciudades probablemente sería necesario quitar algunos de personajes que han pasado a la historia incluso con el marchamo de "opositores al Régimen". Al parecer haber sido recibido en una recepción, haber saludado al general o aparecer en una foto con él es razón suficiente para hacerle desaparecer del callejero. Imagínense lo que debiera hacerse con los millones de españoles que nos vimos obligados a jurar los Principios Fundamentales del Movimiento para poder tomar posesión de una plaza de funcionario obtenida en una oposición. ¿Quién de los que vivieron aquellos años no cantó el "Cara al sol" con el brazo en alto? ¿Quién no acudió a recibir al dictador en la plaza? Tras la muerte del dictador se celebró un funeral en Santa María. En una iglesia abarrotada estábamos desde los más fieles franquistas hasta los más furibundos "opositores" pasando por los tibios y los aprovechados. A unos les congregó el dolor, a otros el miedo, como lo demuestra que en el funeral de los ocho días la asistencia menguó significativamente ya que no había sucedido nada que hiciera temer represalias. Si se aplican dichos criterios sería necesario retirar muchas placas y borrar bastantes nombres del callejero cacereño. Los redactores de la propuesta no se han enterado de cual era el ambiente que se respiraba en aquella época y más aún en una ciudad pequeña dominada por un gobernador fascista en la que para ganarse la vida era imprescindible merecer un certificado de buena conducta. En este país de bandos resulta imposible actuar con un mínimo de sentido común. Parece que algunos no han tenido bastante con cuarenta años de dictadura y pretenden seguir otros cuarenta más aportando irresponsabilidad en el tema. La memoria histórica no debiera ser un motivo de discordia sino la base sobre la que se construya el futuro porque sobre el olvido no se construye nada pero sobre el tratamiento injusto del pasado tampoco.