En las localidades del Valle del Jerte ayer se respiraba normalidad. Los residentes y turistas de la zona se acercaban a las piscinas naturales de las localidades de Jerte y Cabezuela del Valle, donde decenas de bañistas disfrutaban de un día soleado y caluroso. Ni tan siquiera la nube de humo que durante estos días atrás dejaba localizar la situación exacta del fuego se hacía patente en la mañana de ayer. Tan sólo, como muestra del incendio que durante los últimos días ha afectado a la zona, cinco helicópteros, cuatro del Infoex y uno de la Brigada de Refuerzos en Incendios Forestales (BRIF), con sede en Pinofranqueado, recorrían los cielos del valle cargando agua y sofocando las llamas que aún quedan en pequeños focos activos.

En los corrillos de vecinos y turistas se comentaba la situación. Pero en lo que todos coincidían era en la calma que se podía respirar. "El fuego estaba muy alto, en ningún momento hemos tenido un miedo real", explicaba Peñas Albas, vecina de Jerte que regenta una casa rural en plena reserva natural. Cuando se inició el incendio el viernes de madrugada, una familia madrileña se hospedaba en su apartamento. Pensó que le llamarían por miedo al fuego pero no ha sido así. "Todo el mundo, incluso turistas, está tranquilo. Estamos más preocupados por la alarma social que se ha creado que por el propio fuego", asegura. Al igual, Mariano Rebollo, dueño del bar restaurante Los Naranjos del municipio del Jerte, incidía en que el fuego no se ha acercado a los pueblos y en que espera que la alarma social desaparezca y no afecte a los negocios de la zona. "El turismo de fuera de la región supone un 30% de los ingresos para nosotros", indicó.

Y es que durante los últimos días el Valle del Jerte ha protagonizado portadas. "Entendemos que el fuego alarme más aún en un enclave tan especial de la región pero queremos que se sepa que el fuego no ha afectado apenas, tan sólo a unas 850 o 900 hectáreas de matorral y pasto", informaba el presidente de la Mancomunidad del Valle del Jerte, Ernesto Agudiez. El turismo es uno de los pilares de la economía de la comarca, junto al agrícola representado por la cereza. Tal y como destacó, "somos número uno en turismo rural, escaparate de Extremadura". Se calcula que entorno a 300.000 personas visitan de manera anual la zona del Valle del Jerte. Por este motivo, administración, vecinos y hosteleros inciden en trasmitir un mensaje de tranquilidad al turismo. "El Jerte está igual que antes del fuego", dijo Agudiez.

El turismo por su parte no ha dado de lado al Jerte. La propietaria, Conchi Rubio, del camping situado junto a la subida a la Garganta de los Infiernos, que aún permanece cerrada al público por precaución, aseguró que no se han caído reservas. "La gente llama, pregunta, nosotros les garantizamos que está todo en orden y vienen. Hemos ofertado otras rutas para ver algunas de las 26 gargantas y los turistas encantados van a éstas".

Por su parte, la Consejería de Medio Ambiente y Rural informaba ayer de que el fuego está estabilizado y el nivel de peligrosidad ha pasado a cero. Actuando sobre la zona de alta montaña estuvieron durante todo el día de ayer 5 helicópteros que recargaban el agua en la piscina natural Guarrapera donde Protección Civil continuaba controlando los accesos. También se apuntaba ayer a la alta probabilidad de que el fuego fuera provocado intencionadamente aunque aún no se ha detenido a nadie.