La sede de la Unidad de Carreteras de Fomento, en la plaza de los Golfines, frente al edificio de la diputación y la concatedral de Santa María, se rehabilitará. El proyecto es de los arquitectos Eleuterio Sánchez Vaca y Juan Fernando Retortillo, que ganaron el concurso convocado por el ministerio. La solución que se propone respeta los volúmenes y modifica elementos de la actual fachada. El inmueble, pese a que se asemeja en su construcción a los de su entorno, se levantó hace cuarenta años y su principal componente de valor es su portada barroca, que es del siglo XVI y que formó parte del desaparecido seminario de obispo Galarza.

La actuación que se proyecta pone en valor la portada, convirtiéndola en la protagonista principal de la fachada, y elimina las piezas que le restan esa preponderancia, como rejas, balcones, recercados o mampostería. Los huecos de la fachada, que ahora son de distintas formas y dimensiones, se homogeneizan con la intención de dar respuesta a la función administrativa del interior del edificio (despachos). Todas las rejas se quitan y se da verticalidad a las ventanas, además se dota al edificio de zócalo y se diseña un enfoscado de mortero de cal hidráulica en la fachada de la plaza de los Golfines, con lo que también se busca dar mayor protagonismo a la portada.

El inmueble cuenta con un nivel de protección ambiental-singular en el plan especial, normativa que condiciona las intervenciones en el casco viejo, y se permiten obras de rehabilitación.

Es una actuación que por el sitio donde se acomete, uno de los principales enclaves de la parte antigua, generará opiniones encontradas, como ocurrió con la reforma de Mayoralgo y ha pasado con el hotel de Atrio en San Mateo. El proyecto tendrá que evaluarse ahora por el ayuntamiento antes de la obtención de la licencia de obras. Aunque lo llamativo sea la intervención en fachada, el mayor volumen de la actuación se desarrollará dentro del inmueble, donde se redistribuyen los espacios.

Sánchez Vaca recordó que el edificio tiene solo 40 años de antigüedad y que se edificó con la idea de mimetizar el inmueble con los de su entorno. Partiendo de la base de que no tiene el valor de otros edificios situados en la zona, la solución que se proyecta diferencia entre los elementos de valor, principalmente la portada, que se realza, y escudos episcopales, de los que no lo tienen, que son los que se modifican para poner orden en la composición de las fachadas en Golfines, Mangas y plaza de San Jorge, explicó Sánchez Vaca.

"Todo ello encaminado --añadió el arquitecto-- a conseguir una lectura y un entendimiento claro y veraz de las diferentes épocas de la construcción de este inmueble, evitando que con su mimetismo actual sea confundido con los otros edificios históricos que le rodean".