TEtl 90% del léxico que empleamos los hispanohablantes está formado por voces patrimoniales, es decir, por palabras cuyo origen es el latín. (¡Ya está aquí este tío con la tabarra del latín!, protesta el enojado lector). Y no me extraña, pero es que la cosa tiene miga. La inmensa mayoría de los que formamos el pueblo español somos católicos, o por lo menos cristianos, aunque ahora se hayan empeñado en otras vainas que prefiero no comentar y dejarlo para otro día. En Derecho estudian Derecho Romano. Nuestras costumbres, en buena parte, tienen su origen en aquel pueblo hispano-romano en el que se fundieron los godos germánicos. ¿Vamos bien?

Pues nada, hay que matar al padre. Este estúpido Edipo no nos da paz ni reposo. Un respeto por lo menos ¿no?... Ni eso. Aquí en el collado, entre la Mosca y la Sierrilla, que entonces se llamaban como se llamasen, que sería de ninguna manera, los romanos levantaron Norba; pero los doctos dicen que antes ya se había construido la estructura de un campamento; sí, el Castra Caecilia, cuando las guerras contra Viriato y Sartorio.

Yo no voy a ponerme ahora con la historia antigua, que de eso hay muy buenos libros y personas muy doctas. Todos sabemos que ahí, carretera de Torrejón, a la izquierda, para ir al Polígono Ganadero, hay que pasar por Cáceres el Viejo, que unos dicen Castra Caecilia y otros Castra Servilia. De momento tanto nos da (yo creo que Servilia).

Sabemos que en los años veinte (creo) del siglo XX, un alemán (¡estos tudescos!), her Schulthen, o parecido, anduvo allí escarbando y sacó un montón de cosas. Hoy, en lo alto de la loma hay un centro de interpretación, que está muy bien y aplaudimos con fervor, y ahí unas tibias excavaciones que enseñan algo de la muralla y poco más. Sabemos que el campamento tenía cuatro puertas: Decumana, Praetoria, Dextra y Sinistra. Sabemos lo que sabemos y quisiéremos saber, ¡y sobre todo ver!, mucho más; pero lo que vemos, cuando pasamos por allí- ¡es un basurero!, maldita sea, en las mismitas puertas del acceso al caminito que lleva al dicho centro de interpretación. ¡Pero qué pasa aquí, Cáceres 2016! ¡Carmen! ¡Señora alcaldesa! Ya lo dijo Cicerón: "¿Quiusque tanden, Catilina, abutere patientia nostra? (Hasta cuando, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?).