Los parques, jardines, parterres, isletas, rotondas y fuentes de la capital cacereña comienzan a vestirse con los colores de primavera y verano para recibir el calor con una imagen más fresca. La campaña especial de plantas de temporada ya se encuentra al cien por cien desde la pasada semana para salvar el retraso que han motivado las lluvias de mayo, y este año se refuerza con más unidades y más especies. En concreto, los jardineros se afanan en la plantación de un total de 27.000 flores: unas 15.000 a cargo de la Brigada Municipal de Parques y Jardines (gestiona directamente 1.500.000 metros cuadrados de zonas verdes), y otras 12.000 aportadas por la empresa Canal de Isabel II (tiene concesionados 640.000 metros).

De hecho, Cáceres es una de las ciudades españolas con más jardines, ya que su media se sitúa en 21 metros cuadrados por habitante frente a los 5 que recomienda Europa, es decir, cuadruplica esa cifra. El coste global de la actual campaña se eleva a unos 20.000 euros, partida que permite ornamentar los principales rincones de la ciudad a semejanza de muchas capitales que llevan años realizando esta misma práctica, tanto en primavera como en otoño.

Sin embargo, la climatología ha obligado a modificar los trabajos, que suelen comenzar mucho antes. "Mayo ha sido tan lluvioso que no nos ha permitido la plantación, tal cantidad de agua daña las flores, de hecho algunas rosaledas se han estropeado", explica Miguel Durán, jefe municipal de Parques y Jardines. Desde la pasada semana los operarios ya están a fondo con la campaña y continuarán así hasta mediados de junio. "Después las mantendremos hasta octubre", indica.

DRAGONES, VINCAS... Las especies de la temporada de primavera-verano son más variadas por las bondades del clima. Este año se están plantando petunias, claveles, dalias, geranios, vincas, salvias, alisum, dragones y begonias de varios colores, pero también especies nuevas en la ciudad como portulacas y bidens. En total ocuparán una superficie de 2.400 metros cuadrados.

"El problema será la llegada repentina de las altas temperaturas porque afectan a la flor, aunque se trata de un cambio habitual en nuestra tierra", subraya Miguel Durán, recordando que la jardinería "no deja de ser una agricultura especializada, como por ejemplo la cereza, que depende de muchos factores sin que podamos evitarlo". También hay que contar con los robos de flores por parte de algún ciudadano que intenta adornar gratis su jardín, una mala práctica que se da con cierta frecuencia.