El catedrático de Análisis Urbano de la Uex, Antonio Campesino, planteó ayer una propuesta para ajustar el nuevo Plan General Municipal (PGM) de urbanismo tras las correcciones solicitadas por la dirección general de Urbanismo de la Junta. La decisión final es del ayuntamiento, pero Campesino ha sido el primero en hacer pública una alternativa. Con su solución no se recortan los nuevos sectores de suelo urbanizable ni los sistemas generales de espacios libres, pero sí hay una reducción en la cifra potencial de viviendas. La rebaja planteada es de 11.605 pisos.

El catedrático de la Uex hizo pública su propuesta en la jornada que sobre urbanismo se celebró en el complejo San Francisco. Esta rebaja se logra por dos vías: con un recorte de los rendimientos que conseguirán por su suelo aquellos propietarios de terrenos que con el PGM pasarán a ser sistemas generales adscritos a los nuevos suelos urbanizables, y con una reducción del aprovechamiento medio que se permite en los sectores residenciales.

Una de las características del PGM es que unas 400 hectáreas de Montaña y Sierrilla que ahora son suelo no urbanizable y de titularidad privada pasan a ser de propiedad municipal recalificándolas como nuevos sistemas generales, zonas verdes, que se adscriben a suelos donde se pueden edificar viviendas. Lo mismo que se hace con este suelo de la Montaña y Sierrila pasa con unas 200 hectáreas situadas en otros enclaves. Ni aquí, ni en la Montaña ni en la Sierrilla se hacen pisos, pero los propietarios de estos terrenos participan de los beneficios y las cargas de los sectores a los que se adscriben y en los que sí se puede edificar, como, por ejemplo, en la zona del ferial. Esta adscripción de nuevos suelos para destinarlos a sistemas generales hace que en los sectores residenciales haya más viviendas.

La propuesta de Campesino consiste en que cada metro cuadrado de nuevo terreno para sistema general que se adscriba se compute como 0,4. Aunque la cantidad de terreno sea la misma, este recorte de hasta un 60% lleva a efectos urbanísticos a una reducción en la previsión potencial de viviendas. Estos propietarios no están participando con 1 metro, sino con 0,4.

La reducción en el aprovechamiento medio (con las viviendas y otros usos lucrativos como los terciarios) en los sectores donde se edifican pisos también conllevará un recorte de los mismos y de la densidad. El catedrático plantea que la reducción sea de un 10%.

20.000 VIVIENDAS El planteamiento de partida de Campesino es que el desarrollo del plan debe plantearse para quince años y que para este periodo estarían los sectores que el plan propone de prioridad I y que tienen ordenación detallada (que quedarían con unos veinte mil pisos con el recorte planteado). Recordó que el resto del suelo urbanizable (el techo del plan es de casi 60.000 viviendas) queda como reserva y necesita de consulta de viabilidad que tiene que aprobar el ayuntamiento, que deberá controlar la salida de este suelo en base "a necesidades reales" para evitar una ciudad deslavazada.

También apuntó que más de la mitad de los nuevos sistemas generales que se adscriben son para su obtención a muy largo plazo. Son una previsión que está condicionada al desarrollo de los sectores que quedan como reserva de suelo.