La comunidad de propietarios de La Cañada está dispuesta a presentar una denuncia conjunta contra W. Canchales, promotora de la urbanización, si antes de tres meses no existe un compromiso firmado para reparar todos los desperfectos que, según indican, sufren la mayoría de las 300 viviendas. Aseguran que más del 50% tienen humedades en la fachada y en el interior, y que las grietas afectan al 80%. Incluso han planteado la posibilidad de realizar una protesta pública con pancartas en los encuentros del Cáceres, cuyo presidente, José María Bermejo, es responsable de la promotora.

El PERIODICO tuvo ayer acceso a un documento de denuncia entregado por los vecinos al ayuntamiento, a la Dirección General de la Vivienda y a la promotora, con la que han concertado una reunión para el lunes. "Llevamos tres meses durmiendo en el salón con un colchón en el suelo, porque nuestro cuarto rezuma agua", explicó ayer una inquilina. "A una familia se le ha caído una pared y medio centenar de vecinos ya presentaron listas detalladas de desperfectos en la última reunión, que podrían derivar en denuncias si no se solucionan", indicaron miembros de la directiva.

Las quejas estriban tanto en el exterior como en el interior de las viviendas. Según el escrito, la calidad de los materiales provoca la aparición de fallos: "Elementos metálicos que se oxidan, ventanas que no encajan, tuberías que suenan cuando se abre un grifo...". Respecto a las grietas, "ahora están colocando en las fachadas una especie de faldón para disimularlas, puesto que han salido de punta a punta", añade el texto.

VICIOS OCULTOS

La insonorización entre viviendas "no cumple los mínimos exigidos" y algunos vicios ocultos empiezan a salir en desagües, paredes o chimeneas "aunque sólo llevamos un año", dicen. La televisión, común a todos, tampoco funciona y el muro que separa la urbanización de la vía no reduce el ruido.

Los vecinos achacan la responsabilidad tanto a la promotora como a las autoridades "que apoyan y financian la construcción de viviendas de promoción pública". Aseguran que 18 meses después de que entrase el primer vecino, "W. Canchales colecciona quejas" y sigue reparando fallos "sin criterio". "Tanto es así --añade el escrito-- que se está fraguando un movimiento vecinal que estudia una denuncia conjunta".

En cuanto a los alrededores, "parecen el escenario de una guerra", afirman. La antigua piscina de La Cañada "está en pésimo estado de salubridad, es nido de drogodependientes, contenedor de basura, criadero de ratas y peligro para cualquiera (no existe puerta)". Los columpios, sin homologar, ya se han roto o están tirados en la vía. "Queremos el mismo trato que otros barrios y luz en las zonas de juego, porque se quedan a oscuras", exigen al ayuntamiento y a la promotora. "Ni siquiera sabemos con precisión a quien compete en este momento", indican.