El gerente de Canal de Isabel II, Gerardo Díaz, aseguró ayer que "no es cierto" que hubiera fallos en el desbordamiento del pantano del Guadiloba la noche del 5 al 6 de noviembre de 1997 y calificó de "erróneos" el contenido y las conclusiones del informe encargado por CSI-CSIF en 1999, estudio en el que se manifiesta que el desbordamiento "se pudo evitar con una correcta manipulación de los mecanismos de desagüe". "Eso es una mentira", subrayó el gerente de Canal, que insistió en que durante esa noche "se obró como se tenía que haber obrado".

Díaz mostró su disposición a acudir a los tribunales para defenderse legalmente del contenido del informe. El gerente recalcó que las acusaciones que se desprenden del mismo son de tal gravedad que se acusa a la empresa de "haber llevado mal algo que podría ocasionar muertes" y reiteró que "todo es mentira". "Esa noche se hicieron las cosas bien --recalcó--, y no hubo descuidos" por parte de Canal.

En una carta remitida a este diario, Gerardo Díaz afirma sobre la información que publicó este medio el domingo, que recogía el contenido del informe, que "nos encontramos con un artículo de opinión, cuya fuente no da la cara en asuntos tan serios y con repercusiones que podrían ser hasta penales".

En el escrito, el gerente de Canal, que expresa su malestar porque los datos del informe no fueron contrastados con la empresa, manifiesta que si lo que se pretendía "era cogernos por sorpresa (...) en verdad que lo han conseguido, y además de forma múltiple, ya que yo personalmente me sorprendo de ver como un sindicato, que me consta que persigue otros objetivos más acordes con su misión histórica de la defensa de los derechos de los trabajadores, se embarcó en pagar a informantes misteriosos para hacer concienzudos informes hidrológicos, aun con carencias como no estudiar el comportamiento de la cuenca".

Díaz añadió: "Yo sí me he preocupado de hacer un análisis de la cuenca en base a datos contrastados, y del estudio de todos ellos obtuve unas conclusiones que para no caer en errores de interpretación sometí a los técnicos del ayuntamiento, de la Junta y de la Confederación" y que se dieron "por buenas" y consecuencia de ello "hoy el embalse cuenta con un nuevo aliviadero". Díaz apuntó, en declaraciones a este diario, que la presa "no estaba diseñada para la avenida que hubo aquella noche".

VALORES MAXIMOS La noche del 5 al 6 de noviembre de 1997 se llegaron a valores máximos de 745 metros cúbicos de agua por segundo entrando en la presa cuando la capacidad de desagüe era de 220. Todas las compuertas se abrieron a la una de la mañana cuando la presa estaba al 80% y entraban 104 metros cúbicos por segundo, la mitad de la capacidad de desagüe. Sin embargo, después se llegaron a puntas de 745 y valores medios de 482 y 551 a la hora. "Era imposible haberlo prevenido, las probabilidades de lo ocurrido aquella noche eran de uno entre diez mil", indicaron fuentes consultadas.

Por su parte, el presidente autonómico del sindicato CSI-CSIF, José Fernández, aseguró que ese informe se encargó en 1999 "en relación a un expediente laboral que se había abierto y que cerró con un acuerdo" y que el sindicato "nunca lo hizo público", por lo que se mostró sorprendido de que su contenido saliese publicado el pasado domingo en este diario.