El PSOE ha abierto esta semana el proceso de elección de su candidato en los comicios municipales de 2019. Es el primer partido de los cuatro con representación en el ayuntamiento que va a hacer público el nombre de su cabeza de cartel, que se conocerá el 10 junio si no hay una segunda vuelta en las primarias. El medio millar de militantes del PSOE en Cáceres deberán elegir entre dos candidatos: Luis Salaya, portavoz del grupo municipal en el ayuntamiento y que ya lideró la lista socialista en las municipales de 2015, y Susana Padilla, la sorpresa de las primarias.

Padilla no era la alternativa a Salaya que se preveía para estas elecciones socialistas, en las que se esperaba una repetición del duelo de las primarias de 2014 entre Salaya y Fernando Solís, que perdió por solo 3 votos.

La intención de Solís era presentarse y más desde que el reglamento federal del PSOE permitió primarias abiertas a simpatizantes. En ese escenario Solís sí se veía con posibilidades de ganar a Salaya. Defendía unas primarias abiertas a una mayor participación de ciudadanos porque en definitiva son los que quitan y ponen alcaldes. Pero con unas primarias cerradas como las que se van a celebrar sus opciones decrecen ante un Salaya más reforzado dentro del partido que hace cuatro años.

Padilla tiene el handicap de que es una recién llegada al partido, en el que milita desde hace menos de un año. Esto juega en su contra, pero la candidata ha defendido esta semana que su inexperiencia en política lejos de ser un inconveniente es uno de sus valores porque llega sin ataduras ni lastres. Ha dado el paso animada por militantes de la agrupación local y se presenta como una cacereña con una amplia formación universitaria y que viene a aportar «frecura y ganas de trabajar».

Salaya fue la sorpresa en 2014. Sus elecciones locales no eran las de 2015. Se presentó en las municipales de hace tres años con la vista puesta en que su oportunidad de hacerse con la alcaldía sería en 2019. Una oportunidad que será única si no la aprovecha. Salaya, sanchista, también en la etapa de ostracismo del secretario general del PSOE, se ha reforzado dentro del partido y más desde que Belén Fernández, secretaria general de la agrupación local, entró en la ejecutiva de Pedro Sánchez. Fernández y Salaya trabajan juntos, tanto en el partido como el grupo municipal, desde hace años.

Salaya se presenta a las primarias con la experiencia de tres años en el ayuntamiento, en la escuela de la oposición de la que han salido los tres últimos alcaldes. Esta semana ha pedido que las primarias sean tranquilas. No quiere una repetición de lo ocurrido hace cuatro años cuando solo unos meses después de unas duras primarias tuvo que enfrentarse a la campaña de las municipales.

Las primarias son un sistema de elección de candidatos que evita el dedazo. Es más justo. Pero también desgasta al candidato que en pocos meses se tiene que someter a dos elecciones y la de mayo de 2019 será dura, no terminará la noche electoral, sino que lo hará en las semanas siguientes tras los pactos de los que saldrá el alcalde.