Elías y Alex tienen 9 años y han venido juntos al kiosco de la Música para decidir quién de los dos salta más alto en el ´Superjumper´ instalado en el paseo de Cánovas, una estructura de camas elásticas y gomas flexibles que permite a los usuarios experimentados ejecutar grandes saltos y piruetas. Y es que, ni el viento ni la posibilidad de lluvia quitó la ilusión a los niños cacereños que se acercaron ayer por la tarde para participar en una nueva actividad de la iniciativa Cáceres: zona de aventura , promovida por el Instituto Municipal de Juventud.

A medida que se elevan más, Alex y Elías se ríen por el cosquilleo que los saltos producen en sus estómagos. Tras perder el miedo, comienzan a mofarse el uno al otro por su falta de atrevimiento a la hora de hacer piruetas "A mí esto no me da vértigo, pero no he podido hacer volteretas porque los cables están muy tensos", comentaba Elías para excusarse ante su compañero. "A mí me duelen un poco las piernas, aunque me volveré a montar otra vez. Me ha gustado mucho", explicaba Alex poco antes de volver junto a su compañero corriendo a la cola, con la idea de ponerse delante de algún niño despistado al que poder usurpar el turno.

Al igual que en otras propuestas de este programa de ocio, la empresa de animación Légola fue la encargada de instalar la estructura de nueve metros, que se mantuvo a disposición del público desde las siete de la tarde hasta las 22.30 horas. A pesar de que las nubes oscurecían cada vez más el cielo, la afluencia de visitantes no dejó de crecer, en una cola compuesta principalmente por padres con niños pequeños. Los adolescentes que paseaban por Cánovas se detenían por unos instantes para contemplar la actividad, pero pocos se animaban, en principio, a participar en ella.

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Muchos padres se habían encontrado con la instalación por casualidad, mientras que otros habían venido a petición de sus hijos. "No sabía que estaba esta actividad, y la verdad es que se debería dar más publicidad de estas cosas. Siento haberme perdido lo de las canoas en el parque del Rodeo", explicaba una madre que no quitaba la vista de su hijo que, con tan solo 5 años, comenzaba a elevarse en esta atracción más de lo que a su madre le hubiese gustado. Por el contrario, otra señora prefería descansar un rato en un banco mientras su pequeño trataba, sin éxito, de saltar en línea recta. "Me gustan estas cosas, sobre todo para descansar un rato y para que el niño lo pase bien", afirmaba sin darse cuenta del esfuerzo de su hijo por elevarse correctamente.

El intento de Alex y Elías por colarse pareció ser en vano. Un abuelo que se percató de su travesura les apremió para que ocuparan su puesto al final de la cola. Tendrán que esperar un poco más para retarse de nuevo en el ´Superjumper´ .