Los empresarios de las Capellanías aseguran que la situación que sufre el polígono es "impresentable", con una ordenación del tráfico "terrible", robos continuos y falta de servicios hoy básicos en otras zonas industriales como centro médico, gasolinera y guardería. Así se lo transmitirán a la nueva alcaldesa, Carmen Heras, durante la reunión que han solicitado y que tienen previsto mantener próximamente. En ese encuentro también pedirán al ayuntamiento la creación formal de la Entidad de Conservación y Mantenimiento de las Capellanías, puesto que los trámites ya están listos. Será una especie de comunidad de propietarios en la que todas las empresas pagarán su cuota.

Así lo ha avanzado Juan Luis Pacheco, presidente de la Asociación del Polígono Industrial de las Capellanías (Apilca), que ha hecho especial hincapié en la situación "caótica" del tráfico pese a las reformas que introdujo hace meses la anterior corporación municipal. "Aquí se necesita una inversión considerable porque la situación es grave y algún día va a ocurrir algo lamentable. Hay que recortar las aceras, ampliar las calzadas con dos sentidos en todas las calles y dejar aparcamientos a ambos lados", explica.

Los empresarios recuerdan que muchos visitantes vienen a Cáceres por cuestiones de negocios "y pasan casi toda su estancia en el polígono, una pena, porque se llevan una imagen muy triste. Creemos que Cáceres 2016 debe extenderse a todo, porque la ciudad no solo es el casco histórico o los buenos restaurantes", afirma el presidente.

La directiva también solicitará a Carmen Heras que retome el polémico asunto de la parcela 0 , un terreno de propiedad municipal con 6.000 metros cuadrados situado en la entrada del polígono. El ayuntamiento se comprometió a cederlo en el año 2001, y Apilca redactó un proyecto para construir los servicios básicos que necesita las Capellanías: consultorio médico (no hay ninguno próximo pese a que allí operan 300 empresas), aula formativa, sala de reuniones, guardería, gasolinera y restaurante. La intención era adjudicarlo a una empresa, que correría con todos los gastos de la obra a cambio de explotar el restaurante y la estación de servicios por un cierto periodo, hasta que revertieran al ayuntamiento. Apilca no ganaría ni perdería nada con el proyecto, pero los 4.000 trabajadores de la zona tendrían a su disposición estas instalaciones.

Sin embargo, el ayuntamiento respondió en el 2002 que ni el restaurante ni la gasolinera entraban en los usos permitidos del suelo (equipamiento social), y aunque ofrecía alguna opción, lo cierto es no se ha avanzado nada en estos años pese a los intentos de Apilca. "Volveremos a intentarlo", subraya Pacheco.

VIGILANCIA CONTRA ROBOS En tercer lugar, los empresarios pedirán al ayuntamiento la constitución ya en firme de la entidad de conservación y mantenimiento, que permitirá gestionar el polígono de mejor forma y contar con un presupuesto fijo. "Podremos contratar seguridad privada y acabar así con otro de los grandes problemas de la zona: la sucesión de robos", afirma el presidente. Los estatutos ya han sido aprobados. Ahora solo resta que el ayuntamiento aporte el 25% de los fondos y las empresas el resto a través de cuotas.