Una fiesta de fin de curso clausuró ayer el quinto taller de integración cultural que ha desarrollado Cáritas interparroquial. Unos 35 menores hijos de inmigrantes, de entre 6 a 12 años, han asistido a este servicio social que les ayuda a su adaptación en Cáceres y también de guardería para que las madres puedan trabajar.

Los niños son de once nacionalidades distintas: Argentina, Bolivia, Ecuador, Nigeria, Venezuela, Angola, Colombia, Rusia, Portugal y España. "Los niños se adaptan bastante bien porque llegan muy pequeñitos, aunque también vienen con muchas carencias", explica la coordinadora del taller, Inés María Pérez, quien valora que el taller está ya "consolidado".

El centro está ubicado en la calle Hermano Romero Ruiz, en las inmediaciones del Puente San Francisco. Desde las cuatro a las ocho de la tarde, los niños realizan diversas actividades educativas y lúdicas. Para ello, Cáritas cuenta con la colaboración de unos 40 voluntarios que reciben una formación previa.

El programa se ampliará este año excepcionalmente hasta agosto. La mitad de los menores seguirán acudiendo al centro para que sus madres puedan terminar un curso de cocina que se les imparte para contribuir a su inserción laboral.