La actuación de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina anoche en Cáceres "abre una nueva etapa de grandes conciertos de verano en la ciudad que dejaron de existir y que siempre fueron un referente en la capital cacereña", según indicó hoy la alcaldesa Carmen Heras. La alcaldesa cacereña asistió al concierto junto a otras personalidades del mundo de la política, como el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, varios de sus consejeros y alcaldes de diversas localidades de la región. Heras indicó que con este concierto se demostró que "la gente responde a los grandes eventos culturales y que es posible recuperar lo que antes era una cosa normal", por lo que se comprometió a hacer de Cáceres "el referente cultural de la región que siempre fue", con la organización de otros conciertos de estas características con artistas de primera fila en el panorama musical nacional e internacional. Así, explicó que según los datos de la Policía Local, que contó con cinco patrullas desplegadas en la zona, alrededor de 10.000 personas llenaron el recinto hípico de la ciudad y 6.000 coches se desplazaron hasta el lugar, cuyo acceso sufrió "un pequeño atasco", según palabras de la regidora municipal, quien destacó que no se haya producido "ningún incidente destacable, ni altercados". Por todo ello, Heras reiteró que "éste concierto no será el último" y se refirió al más inmediato que tendrá lugar el próximo día 30 de agosto con la actuación del cantante puertorriqueño Chayanne, también en el recinto hípico, "con lo que se recuperan los conciertos de verano que gustan tanto a la gente", concluyó. El concierto, incluido en la gira "Dos pájaros de un tiro", y organizado por Guadalupe 2007. Año Jubilar, se inició con un retraso de 30 minutos, por una avería eléctrica que impidió que las pantallas del escenario funcionaran desde el principio de la actuación, y se prolongó por espacio de dos horas y media.