El nuevo empresario de Waechtersbach, Alejandro Rodríguez Carmona, entregó ayer a los órganos de la quiebra el documento que certifica la compra del 75% de las acciones y las cuatro cartas de los acreedores extraordinarios (Seguridad Social, Hacienda, IDAE y la plantilla), donde manifiestan que están negociando la deuda con Carmona y sus términos. El empresario cumple así con el ultimátum dado por el juez de la quiebra, Felipe Vela, y la síndico, Gracia Porras, que anunciaron el pasado lunes el cierre de la planta si no se presentaban los documentos antes del domingo, tal y como establece el contrato.

"Estudiaremos las cartas, pero creo que pueden ser válidas. La actividad industrial continuará hasta el 30 de abril", subrayó ayer Felipe Vela. Con anterioridad a esa fecha Carmona deberá cumplir las condiciones pactadas: firma de convenios con los acreedores y pago del expediente de regulación de empleo (debe inyectar unos 900.000 euros por 44 despidos). De este modo, el 30 de abril seguirá adelante con la propiedad de la fábrica en sus manos, o, simplemente, cesará la actividad.

EL DESENLACE, EN SOLO UN MES

Waechtersbach tiene 87 empleados (Carmona descarta más despidos) y atraviesa momentos muy decisivos para su futuro, que quedará esclarecido definitivamente en mes y medio. El último escollo surgió el lunes, cuando los órganos de la quiebra exigieron a Carmona los protocolos de convenios con los acreedores extraordinarios (debían cerrarse el día 15). Ante su ausencia, le dieron un ultimátum y suspendieron la compra de primeras materias.

El empresario sigue negociando la deuda, un total de 4,7 millones de euros (782 millones de pesetas) repartidos entre 300 acreedores. Los cuatro extraordinarios suman casi la mitad y Carmona intenta negociar la mayor quita (rebaja) posible, salvo con la plantilla, a la que pagará íntegramente. "Calculo que nos quedará una deuda final de 3 millones de euros, aunque yo esperaba dos", manifestó el pasado domingo.