Ensayan en una carnicería de la Charca Musia. Cárnica Sound, uno de los grupos con uno de los sonidos más potentes de la movida cacereña, no quiere ni oir hablar de moverse de donde están. Con un alquiler mensual de 138 euros, sus cinco componentes --Rubén, J. Almeida, Esepedro , David Gordillo e Iñigo Palacios-- tienen que esperar a que termine la jornada laboral de los carniceros para poder afinar sus instrumentos en una zona aparte de la nave. "El dueño nos ha dicho que tiene un montón de peticiones de otros grupos por si nos vamos", explica Pedro Gallardo, Esepedro para sus fans y cantante de la banda cacereña, con cinco años de trayectoria y el segundo disco en preparación.

Pero Cárnica Sound, nombre inspirado en la carnicería, tiene suerte con el local donde ensaya. Otras bandas tienen que utilizar cocheras o naves industriales enteras por las que pagan como mínimo 240 euros, asegura el solista, que deja claro que muchos grupos se quedan en el camino al no poder afrontar un alquiler: "La gente empieza con mucha ilusión y luego lo deja".

Sin futuro

Tras ocho años ensayando en la Charca Musia, Esepedro hace hincapié en que la supervivencia de los grupos pasa por tener un espacio acondicionado: "Se está perdiendo la cantera. Si no hay local, no hay ensayo. Y si no hay ensayo, no hay grupo".

Al líder de Cárnica Sound le parece "una cagada" que los grupos no hayan podido utilizar aún los locales del edificio Valhondo por no estar insonorizados. Lamenta que la intención del ayuntamiento no sea completar la obra e insiste en la idea de que hubieran sido muy útiles para los grupos que están empezando a tocar. "Lo que ha pasado con Valhondo me parece un desastre. Es un dinero perdido", concluye.

El futuro del disco de Cárnica Sound pasa por tener un local donde ensayar los temas. De este factor depende también que lleguen las contrataciones para conciertos. "Si no, estaríamos muertos", dice Esepedro . Da igual que sea en una carnicería del extrarradio. Lo importante es tocar.