El casco viejo abre sus ventanas, se quita las telarañas y desempolva su actividad. El que fuera el gran núcleo urbano de Cáceres, con 1.700 edificios y 3.200 viviendas desde la plaza de toros hasta San Francisco y desde San Blas hasta San Antón, despierta de su letargo de las últimas décadas. Así lo revelan las cifras oficiales de las rehabilitaciones, que se han multiplicado en los tres últimos años. Si en la época del boom económico se aceleraron las reformas en la zona intramuros y alrededores, entonces con subvenciones, hoy, pasados los peores años de la crisis, las restauraciones proliferan y se extienden por las distintas zonas del casco viejo. Ahora los promotores no piden ayudas, solo la autorización para las reformas.

Según los datos facilitados por el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, que emite los informes técnicos preceptivos para las restauraciones, si en 2015 se tramitaron 10 licencias de obras, en 2017 han sido 72. Los permisos para reformas menores también se han disparado desde 148 en 2015, hasta 220 en el presente ejercicio. Con respecto a los peores tiempos de la crisis, el aumento de las rehabilitaciones se aproxima al 80%. Pero además, se ha pasado de pequeñas obras de mantenimiento a actuaciones de envergadura que modernizan las instalaciones y condiciones de las casas, incluso a reformas integrales. Y lo más llamativo: ocho de cada diez licencias tienen como objetivo la apertura de apartamentos turísticos.

EL PARQUE SE RENUEVA / De este modo, en el casco viejo se multiplican los ecos de martillos, hormigoneras y radiales. «Viviendas que llevaban años e incluso décadas cerradas se ponen a punto y encuentran un nuevo uso, que a la vez alienta la actividad económica de la ciudad», explica Javier Sellers, director del Consorcio Ciudad Histórica. Por tanto, se actualiza el parque inmobiliario, se da un empuje al sector de la construcción, se aportan más recursos al turismo y se dan nuevas alternativas a los viajeros, que a su vez dejan ingresos en Cáceres. Y evidentemente el casco viejo es la zona idónea: céntrica y próxima al recinto intramuros.

«Solicitan licencias desde propietarios que reforman una casa como apartamento para disponer de un complemento económico, hasta promotores y pequeñas sociedades que ponen a punto tres o cuatro apartamentos», explica José Luis Sánchez de la Calle, arquitecto técnico del Consorcio especialmente implicado en este área. De hecho, hay un buen número de rehabilitaciones con tal fin en estos momentos.

Por ejemplo, los dos inmuebles de los números 26 y 28 de la calle Parras, donde la empresa Hurdes 2000 trabaja para abrir alojamientos de este tipo, algunos dúplex (hasta de tres habitaciones). En la Concepción, la empresa Abreu podrá en el mercado nada menos que 18 apartamentos turísticos en un bloque decimonónico que ya se encuentra en rehabilitación. En Caleros, la casa centenaria de Doña Marina se está transformando en 9 apartamentos. En Pizarro se ha adquirido otro inmueble completo con la intención de crear 6 más, y en Pintores ya está muy avanzada la obra de un bloque a mitad de calle para abrir 3 alojamientos turísticos y 3 locales comerciales.

También hay nuevos proyectos en las calles Godoy y Zurbarán. Incluso en el corazón de la Ciudad Monumental, los propietarios del hotel Atrio Relais & Châteaux habilitarán 8 apartamentos tipo suites de lujo en el palacio de los Paredes Saavedra (siglos XIV-XVI), situado en la calle Ancha. Tendrán mayordomo y salones, alguno de hasta 70 m2. El estudio de arquitectos Tuñón y Albornoz ya se encuentra trabajando en el proyecto.

No obstante, en Cáceres la proliferación de apartamentos no se ha convertido en un problema, como sí ha sucedido en grandes urbes turísticas, donde la masiva afluencia de turistas está desplazando a los residentes tradicionales y a la vez encarece los inmuebles hasta límites imposibles. «Aquí no hemos llegado a ese extremo, al contrario, aquí la tendencia de abrir apartamentos ayuda a recuperar edificios vacíos, incluso ruinosos», explica José Luis Sánchez de la Calle. Tampoco se han disparado los precios de las casas. De hecho, la zona centro ha venido perdiendo habitantes durante los últimos años (-354 en 2016), de modo que la revitalización resulta de momento bastante positiva.

Otra cuestión es la falta de legalidad de algunos apartamentos, a la que ya se está poniendo coto. La Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura ha tomado cartas para controlar la proliferación de alquileres vacacionales al margen de la ley, y por tanto en competencia desleal. Fruto de su labor inspectora, hasta el pasado verano se habían localizado 406 alojamientos ilegales en Extremadura, de ellos 104 en Cáceres capital.

Este auge de los apartamentos ha servido incluso para hacer aflorar a los que estaban en situación ilegal, que ahora se interesan por ponerse a punto, por regularizarse. De hecho, todas las viviendas que solicitan reformas destinadas a tener un uso turístico deben cumplir, según informa el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, el contenido del Decreto 182/2012 que ordena y clasifica los alojamiento vacacionales de Extremadura, pero además han de aportar un acuerdo de la comunidad de propietarios del bloque que sea favorable a la apertura de un apartamento, a fin de evitar discrepancias futuras.

No obstante, también hay un buen número de particulares que reforman las viviendas para uso propio, de modo que las obras se reparten por distintos puntos del casco viejo: San José, Camino Llano, Parras, Rivera de Curtidores, Nidos, Margallo, Damas, Sande, Moret, Pintores, Caleros, el recinto amurallado... De hecho, el Consorcio viene detectando una nueva tendencia: Hay personas de distintos puntos de la ciudad que comienzan a rehabilitar casas en el casco viejo como segunda vivienda, para disfrutarla en su tiempo libre o con vistas al futuro.

«Algunas obras son integrales, es decir, suponen una actuación prácticamente completa en los inmuebles. Otras muchas inciden en la eficiencia energética porque se traducen en una rebaja en los recibos eléctricos de los propietarios: nueva carpintería exterior, sistemas de calefacción más eficientes, mejoras en la envolvente de la vivienda para logar mayor resistencia térmica...», detalla Javier Sellers. Además se están introduciendo sistemas innovadores como los aparatos de climatización sin unidad exterior, con solo una rejilla de ventilación, según explican los técnicos del Consorcio. En cualquier caso, muchas de estas obras dejan listas las viviendas para las próximas décadas, con nuevas conducciones, climatización...

El auge de las rehabilitaciones ha motivado al mismo tiempo una especialización del sector cacereño de la construcción. Muchas empresas se dedican preferentemente ahora a reformas de este tipo, lo que les ha permitido reconducir sus negocios y poner en valor algunas técnicas y oficios que estaban en desuso.

Los proyectos de obras del casco viejo deben cumplir la normativa general y la específica del Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico, que está próximo a revisarse (se aprobó en 1989). Los técnicos aseguran que, dentro de sus normas, es posible acometer una obra en profundidad que cumpla con los anhelos de los propietarios.