El programa televisivo 'Entre Todos' es rechazado por los que opinan que utiliza interesada y especulativamente las emociones humanas con intereses meramente comerciales; para estas personas, la solidaridad y/o la caridad son en este caso una estrategia para incrementar las audiencias mediáticas de la cadena de tv emisora del programa. En la sociedad mercantilista construida entre todos (unos habremos puesto más ladrillos que otros en el edificio), todo se comercializa (hasta los servicios sociales y asistenciales antes gestionados por las administraciones públicas), por lo que respetando la opinión arriba citada, me quiero fijar en otros aspectos del programa, dejando de lado los presuntos fines comerciales del mismo. En una sociedad individualista como la nuestra, mucha desesperación ha de sufrir una familia o una persona para atreverse a salir de su anonimato protector y ponerse ante una cámara para expresar sus necesidades, sus carencias, sus miserias, para pedir auxilio, venciendo el miedo a ser señalados o estigmatizados como diferentes.

LO ANECDOTICO es que en los entornos urbanos prósperos, los miembros activos y realizados precisan de consulta con psicólogo o psiquiatra privado, al menos una vez a la semana, para soltar lastre y luchar contra el estrés que les producen el éxito social y/o profesional; en este caso, se paga para recibir ayuda en la intimidad y comodidad de un despacho profesional; en el otro, el desahogo y la ayuda se buscan acudiendo al criterio de la gran audiencia, rogando que la simpática presentadora pegue muchos saltos, indicativo de ayuda obtenida. Socialmente, creo que es educativo el programa, pues permite constatar la amplia tipología de necesidades básicas que están padeciendo hoy en día muchas personas y familias en nuestra querida España, país en el que el desempleo, el hambre y los desahucios bancarios han hecho héroes y protagonistas a los abuelos y abuelas, que no lo pueden todo; e igualmente resulta instructivo considerar el perfil de los que llaman para aportar su granito de arena: pensionistas humildes, desempleados, viudas, trabajadores modestos, estudiantes, niños, algún empresario etc.; echo de menos la llamada de algún representante de esta o aquella administración pública o de no se cual organización humanitaria, anunciando la puesta en marcha de tal o cual programa o política social para atender una u otra necesidad genérica manifestada en el programa, o que indique un teléfono o dirección donde se esté facilitando lo solicitado por la saltarina Toñi Moreno.

Me conmueve escuchar que alguien se encuentra solo con su adversidad, ante la falta de respuestas oficiales, y ello invita a preguntarse si las administraciones y administradores públicos siguen sirviendo a los intereses de la sociedad o es que se han aislado en una burbuja de Ajenos a lo que sufre y pide la calle, que en demasiados casos se garantizan un blindaje financiero privilegiado en consejos de administración o instituciones públicas de discutible pertinencia en la actualidad. Definitivamente, el pueblo soberano tiene que recuperar el papel protagonista en el entramado institucional y social del Estado, desterrando la picaresca, el enchufismo y los privilegios, cuyos autores han de ser identificados en el casi del 'Entre todos' , sin demora.