Mañana no nevará en la capital cacereña, al menos eso dicen las predicciones meteorológicas. Pero qué ocurriría si por el contrario mañana se activara la alerta naranja por nevadas y acabaran acumulándose centímetros y centímetros de agua cristalizada en carreteras y aceras. ¿Está la ciudad preparada para la nieve? ¿Se desataría el caos como lo hizo en Madrid hace un mes?

"Podría ser un auténtico desastre", reconoce el concejal de Movilidad Urbana, Carlos Jurado. Y es que habría que improvisar sobre la marcha porque Cáceres carece de un plan de emergencias para esta incidencia atmosférica que en las últimas semanas ha sembrado el desatino en ciudades e instituciones incluso obligando al Gobierno central a admitir que es necesaria una adaptación de los protocolos de actuación para estas contingencias. Las predicciones nunca son exactas, el cambio climático parece estar trastocando la costumbre atmosférica y está cogiendo desprevenidas a muchas ciudades. En Cáceres, la situación no sería muy distinta.

"Es algo tan improbable que no podemos estar listos para ello. Es más lógico que ocurra una inundación que una nevada", sostiene el concejal de Infraestructuras, Miguel López. "Igual --añade a renglón seguido-- que tampoco tenemos un protocolo para terremotos ni grandes catástrofes".

Y, por supuesto, según López, entre la maquinaria del ayuntamiento no existen quitanieves ni depósitos de sal, utilizada para disolver las capas de hielo en carreteras y aceras. "Tendríamos que recurrir al servicio de parques y jardines" o "tirar de los bomberos y otras administraciones que tengan los medios", calculan los concejales. Los bomberos, sin embargo, carecen de medios para estas inclemencias. Sí que disponen de pequeñas cantidades de sal para uso propio en algún servicio que lo requiera, pero nada más, según confirmaron fuentes del Sepei.

Demarcación de Carreteras es el único organismo que cuenta con recursos y un plan concreto para impedir posibles cortes de tráfico en caso de nevadas. En los dos centros de conservación más cercanos a la ciudad, en la glorieta de la carretera de Malpartida de acceso a la A-66 y el de la A-66 dirección a Casar, se dispone en esta campaña invernal de 5 quitanieves y 108 toneladas de sal, además de otros equipos complementarios.

Pero esto sólo serviría en los accesos a la ciudad, para el casco urbano ni existen medios ni protocolos de actuación y la competencia sería del ayuntamiento. La ciudad cuenta con planes específicos de evacuación de grandes eventos (conciertos, concentraciones), pero nada más. "Los planes de seguridad se elaboran sobre amenazas reales", sostiene Carlos Jurado, y la nieve parece no serlo, al menos de momento. Jurado no descarta que se destine parte de una subvención concedida al consistorio para elaborar un protocolo específico sobre esta incidencia meteorológica "visto el cambio climático". "Quizás haya que empezar a pensarlo", concluye.

31 litros de nieve en 1998

Desde 1967, la Agencia Estatal de Meteorología tiene registradas cuatro nevadas de cierta intensidad en la ciudad. La más importante se produjo el 31 de diciembre de 1998, hace solo una década, y cayeron 31,7 litros por metro cuadrado. Un año antes, el 7 de enero, se recogieron 21,7 litros, casi la misma cantidad que el 2 de enero de 1970. La nevada más antigua registrada, el 17 de febrero de 1967, dejó en las calles 17,6 litros por metro cuadrado.

También se vieron algunos copos de nieve el 27 de febrero del 2004 (1,1 litro) o el 1 de diciembre del año pasado (1,3 litros). Que nieve, aunque sea de forma contundente, no significa necesariamente un problema. Para ello, deben darse una serie de condicionantes (temperatura, continuidad...) que favorezcan su acumulación y un espesor problemático.

¿Existe mayor riesgo por el cambio climático? "Es impredecible", asegura el delegado regional de la Agencia Estatal de Meteorología, Adolfo Marroquín. Aunque la tendencia es "el calentamiento global", explica Marroquín, esto se polariza con "ciclos tormentosos de gran intensidad", con sequías interanuales. Es decir: anomalías térmicas generalizadas. Los estudios sobre la incidencia del cambio climático solo abarcan grandes áreas de territorio (continentes, países), por lo que saber puntualmente si en Cáceres el cambio climático traerá más nevadas es imposible de precisar al día de hoy. Lo que significa que puede que sí o puede que no.

La Meteorología no es una ciencia exacta, por eso las predicciones no siempre aciertan. Así es que quizás nieve mañana o cualquier otro día. Por si si acaso, ya sabe: la pala a mano y mucha paciencia.