Los casos de delincuencia juvenil que llegan ante la justicia han experimentado un claro aumento en el último año en la provincia. Así se refleja en la memoria de la Fiscalía de Menores de Cáceres correspondiente al 2004. Según ésta, el año pasado se incoaron por esta fiscalía 571 diligencias preliminares en la jurisdicción del menor, mientras que en el 2003 fueron 225, lo que en palabras de Marta Abellán, fiscal de menores, "supone un notable incremento".

Pese a ello, tanto para Abellán como para los miembros del Equipo Psicosocial de la Fiscalía de Menores, el educador Francisco Javier Timón, la trabajadora social Juana García y la psicóloga Celia Majadas, éste incremento "no sólo se debe a un aumento en el número de menores que cometen actos ilícitos, que es constatable, sino también a que cada vez se denuncia más, incluso hechos que en muchos casos podrían resolverse sin tener que llegar a la vía judicial".

No obstante, las estadísticas muestran que el número de menores a los que el año pasado se abrió expedientes por algún delito o falta superó en casi un centenar al del año anterior, pues en el 2003 fueron 411 los menores expedientados, mientras que en el 2004 la cifra se elevó a 507.

La mayoría de ellos, concretamente el 85%, siguen siendo varones, aunque el número de chicas --a 76 se les abrió el año pasado expedientes de reforma-- va experimentando un crecimiento en los últimos años. En este caso los miembros del equipo psicosocial reconocen que "suelen ser faltas o pequeños hurtos los que cometen las menores, no hechos graves, y por regla general no suelen reincidir".

DESTACABLE Para la fiscal de menores de Cáceres dos hechos destacables se desprenden de las estadísticas del pasado año. Por una parte, indicó, "es destacable, en cuanto al dato de menores que cometen delitos, el hecho de que se haya producido del año 2003 al año 2004 un desplazamiento en cuanto a la localización geográfica de la comisión de delitos, concretamente hacia la zona norte". Concretó, en este sentido, que mientras que en el 2003 se registraron 72 casos en la comarca de Plasencia y 51 en la de Navalmoral, en éstas subieron muchísimo en el 2004, al pasar a 131 y 92 respectivamente.

En cuanto a las sentencias, es destacable que el 85% son condenatorias. De hecho, de las 169 dictadas el año pasado, 144 fueron condenatorias, "pero que hay que valorar como muy importante que muchas de ellas, concretamente 89, lo fueron por conformidad, los menores reconocen su culpa y aceptan el castigo que se les impone".

Abellán señaló asimismo que la mayor parte de las medidas que se imponen a los menores infractores del Código Penal son amonestaciones (43), seguidas de libertades vigiladas (30) y de prestaciones de servicios en beneficio de la comunidad (29). "Y también hay que destacar que en muchos casos se consiguen conciliaciones y acuerdos de reparación de daños, medidas que evitan llegar a juicio, de las que el año pasado hubo 47".

Ordenes de internamiento en centros sólo se dictaron 11.