Hace poco más de un año desde que Cáceres estrenara la justicia digital como experiencia piloto a nivel nacional. Detrás de la capital cacereña fueron implantando este sistema el resto de ciudades españolas, pero ha sido un fracaso. Ayer los 200 funcionarios del palacio de justicia cacereño llevaron a cabo una manifestación para poner de relieve que el nuevo sistema no funciona. Aseguran que desde que se ha puesto en marcha se ha duplicado el tiempo que se tarda en resolver los casos y además se ha triplicado el gasto de papel. Este último dato es relevante ya que lo que se pretendía con la justicia digital era precisamente terminar con el uso de papel. No se ha conseguido.

«A los ciudadanos les afecta directamente porque esto conlleva el retraso en la tramitación de los expedientes. Gracias a que los propios funcionarios y los jueces han dado la instrucción de que se lleve a cabo la doble vía, es decir, en papel y en soporte digital; si se llevaran solo en soporte digital se perderían la mayoría de los expedientes, lo que sería un caos total y absoluto que obligaría al ciudadano a volver a iniciar desde el principio el procedimiento», indica el representante de la administración de justicia de CCOO, José Barca.

Sin embargo el mantener ambos soportes no soluciona el problema, sino que retrasa los procesos judiciales: los trámites que antes se resolvían en diez minutos ahora necesitan dos horas. «Eso con suerte -añade Barca-, porque hay veces que se bloquea el sistema y se tarda dos días hasta que vuelve. Eso supone un estado de estrés y de nervios a los funcionarios porque el trabajo se les amontona y se ven incapaces de sacarlo adelante porque los sistemas se cuelgan». Y es que, tal y como denuncian los trabajadores, muchas veces el programa se bloquea durante días, lo que obliga a parar la actividad en los juzgados.

La causa principal que ha llevado a que la justicia digital no haya cumplido su objetivo son las infraestructuras, que no tienen la capacidad suficiente para absorber todo el trabajo de justicia. Los empleados aseguran que «los equipos están obsoletos y los programas y las aplicaciones que dependen de esos programan no funcionan».

También se quejan porque no se han impartido cursos de formación para mostrar cómo funcionan los nuevos sistemas a los empleados de la administración de justicia. «Soy funcionaria y vemos cada día que los medios son insuficientes para trabajar correctamente. Todo lo que hoy sale a la calle desde este edificio es gracias a los funcionarios. Hay que solucionar los medios de audición, los informáticos y los medios técnicos con una inversión correcta porque con lo que hay es imposible. También es necesario que se hagan cursos de formación al personal», indica Esther Prieto, trabajadora del palacio de justicia y representante del sindicato UGT.

Hace un año, cuando se presentó en la capital cacereña el proyecto piloto de la justicia digital, la secretaria de Estado de Justicia aseguró que iba a suponer un «avance en la agilización de los tiempos». Ese objetivo no se ha cumplido.

El partido judicial de Cáceres también fue experiencia piloto en la oficina judicial y en el expediente judicial. «No sé quién tiene interés en que Cáceres se hunda cada vez más. Cáceres funcionaba muy bien antes de la nueva oficina judicial y antes del mal llamado papel cero», señala Barca.