Hondonero, El Bronco, El Retorcío, El Menuero y El Castaño del Arroyo se toman vacaciones. Los castaños que integran el paraje del Temblar no se podrán visitar hasta el próximo 10 de enero y la decisión no responde un cansancio acusado por parte de sus cinco ejemplares insignia, que alcanzan varios siglos de vida, sino más bien al deseo de preservar la cosecha de castañas por parte de los propietarios de la finca en la que se ubica el paraje.

El bosque, considerado uno de los más singulares del valle del Ambroz, está cerrado a las visitas desde el día 1 de octubre y así permanecerá hasta el próximo año. La medida, que adoptaron hace varios años las hermanas Villares Blázquez, propietarias de la finca, perseguía (y persigue) hacer frente a la picaresca de aquellos visitantes que, tras recorrer el paraje, regresaban a sus casas con un puñado de recuerdos y también de pequeñas viandas. "Como todos los años y con el fin de preservar la cosecha de castañas, por los abusos que se vienen cometiendo, las hermanas Villares Blázquez, quieren acotar un periodo de tiempo en la que dichos Castaños no se podrán visitar", reza el escrito en el que comunican el cese temporal de las visitas en el paraje.

El paraje se encuentra en la localidad de Segura de Toro, en un antiguo huerto serrano cercano al Arroyo del Temblar. Es un espacio singular en el que cada árbol tiene su propio nombre y su propia identidad. El ejemplar más importante es el conocido como Hondonero, que hunde sus raíces en la parte más baja de la finca. Su altura es de 25 metros y su edad se estima que ronda los 700 años.