Enrique Navarro tiene 25 años y la licenciatura de Derecho. Estudia en la Escuela de Prácticas Jurídicas, trabaja en un despacho de abogados y ayuda en el negocio familiar de distribución. Aun así, acaba de aceptar el cargo de presidente del distrito de Castellanos, convirtiéndose en el responsable vecinal más joven de Extremadura.

¿Cree que se ha metido en camisa de once varas?

--No. He cogido la responsabilidad con ganas, aunque sólo llevo un año en la directiva. Hay muchas carencias por subsanar.

¿Tres fines prioritarios?

--Conseguir que nos quiten los viejos autobuses, lograr más vigilancia --no vemos a la policía-- y arreglar las deficiencias en jardines, señalización, pavimento... ¡Ah! y el proyecto de piscina.

¿Qué eliminaría?

--La escombrera que se ha formado junto a la carretera de Malpartida. Era una cañada, pero está llena de restos de obra.

Muchos dirigentes vecinales han acabado en política...

--Soy joven y no descarto nada.

¿Con qué equipo cuenta?

--Muy bueno. Estamos divididos en grupos de trabajo con especialistas en algunas áreas.

¿Hay novedades sobre el robo del viernes en la sede?

--De momento ha aparecido tirada la máquina del tabaco.