A pesar de la discreción con la que he pretendido llevar este asunto, y en vista de que tanto el equipo directivo del centro como su círculo de amistades más próximas han creído conveniente abrir la "caja de Pandora" de la situación del Norba, me veo en la obligación de realizar las siguientes declaraciones: No es del todo cierto que el expediente del Norba se deba a la falta de firmas en las guardias como se publicó ayer en este diario. Lo cierto es que existe un informe reservado, realizado por la Consejería de Educación, que demuestra que en el centro se permiten sistemáticamente ausencias a claustros y juntas de evaluación, que no se realizan las horas de tutorías de de 1º y 2º de Bachillerato, que tampoco se realizan los estudios ni las guardias de profesores ausentes y lo que es más grave, que el equipo directivo del centro conocía, permitía y encubría tales hechos.

De ahí que, como no podía ser de otra forma, la Administración haya expedientado al director y a la jefe de estudios, (quien por cierto se encuentra inexplicablemente disfrutando de una comisión de servicios desde hace 7 años, aunque la legislación vigente las limita a 2 en el mismo centro), por tres faltas tipificadas como graves, que son: Primero, la tolerancia de los superiores respecto de la comisión de faltas muy graves o graves de sus subordinados. Segundo, la falta de rendimiento que afecte al normal funcionamiento de los servicios y, tercero, acciones u omisiones dirigidas a evadir los sistemas de control de horarios o a impedir que sean detectados los incumplimientos injustificados de la jornada de trabajo.

La opinión pública difícilmente entenderá el apoyo del profesorado a la gestión de un equipo directivo que les permite hacer lo que les viene en gana, y mucho menos si dicho apoyo se hace consintiendo y participando en la campaña de difamación mantenida por parte del equipo directivo y profesores próximos al mismo contra un compañero al que se ha sometido a un proceso de linchamiento personal y profesional de tal calibre que se ha visto obligado a causar baja laboral desde hace 15 meses y a pedir el traslado del centro.

Es igualmente incomprensible que el inspector del centro, conocedor de las irregularidades del mismo, haya emitido una evaluación positiva de la gestión del equipo directivo, en base a la cual las autoridades educativas, aún a pesar de tener conocimiento del informe reservado desde varios meses antes, inexplicablemente han considerado conveniente renovarles en sus cargos. Pero, además me he visto en la obligación de interponer un segundo contencioso administrativo contra la Administración educativa para que se pronuncie sobre otros hechos por mí denunciados, entre los que podemos destacar: los horarios "amañados", incluso para que determinados profesores no asistan al centro un día concreto de la semana; que se cursen supuestas ausencias injustificadas mías por el mismo motivo que se justifican las de otros profesores; que se cursen supuestas ausencias injustificadas mías de 20 minutos; que existan graves irregularidades en los partes mensuales de faltas del profesorado; que existan escritos firmados por el equipo directivo con graves insultos hacia mi persona; cuantiosas pérdidas en material informático por sustracciones y actos vandálicos en horario lectivo, etc, etc. Por cierto, ¿por qué un alto número de profesores del claustro no ha firmado la carta de apoyo al equipo directivo?

*Fue expedientado a propuesta del equipo directivo y del inspector del centro a raíz de hacer públicas, según dijo a este diario, las situaciones arriba descritas. La sanción por el expediente está en vía judicial.