Los sindicatos negaron ayer categóricamente que estén utilizando el mobbing (acoso moral en el trabajo) como arma de presión a las empresas. La Federación Empresarial Cacereña denunció el aumento de esta práctica por parte de los trabajadores para presionar a los empresarios y forzar el despido.

En este sentido, Jacinto Romero, secretario de Acción Sincial de UGT en Extremadura, calificó de "lamentables" y "poco afortunadas" las afirmaciones del secretario general de la Federación Empresarial Cacereña, Pedro Rosado, en las que éste afirmaba que los sindicatos "están siempre detrás de los casos de mobbing en la provincia".

El portavoz de UGT dijo que, de ser ciertos, significaría "un halago" porque demostraría que los sindicatos "están cumpliendo con su deber en la defensa de los trabajadores".

ARMA DE PRESION

En la misma dirección se pronunció José Luis Martín, responsable de la Unión Regional de CCOO en Cáceres, quien afirmó que "cuando el trabajador reclama sus derechos, la empresa utiliza el mobbing como arma de presión por el incumplimiento del convenio colectivo".

Asimismo, negó que los trabajadores utilicen el acoso laboral para presionar a las empresarios e indicó que la mayor parte de los conflictos se dan como consecuencia de la falta de aplicación de los convenios colectivos. José Luis Martín fue más allá al asegurar que las acusaciones de la Federación Empresarial Cacereña cuestionan la "honradez" de los equipos médicos que examinan los casos de bajas laborales.

UGT y CCOO animaron a los trabajadores a denunciar las situaciones de acoso moral em el trabajo. Ambas centrales sindicales recordaron que, aunque todavía no haya habido ninguna sentencia condenatoria, esto no significa que no se produzcan casos de mobbing en las empresas.