Han pasado 16 años desde aquel 8 de marzo del 2001, cuando el entonces Jefe del Estado Mayor anunció el cierre de Santa Ana sin más alternativas, y se desató la incertidumbre. Ayer parecía que hubiese transcurrido incluso más tiempo. El relevo en el mando, que se oficializó mediante una ceremonia castrense con todos los honores, se convirtió en un acto de confirmación del futuro de la base cacereña, mucho más explícita que en otras ocasiones. «¿Posible cierre?, no. Así ha quedado demostrado con la última publicación en el BOE de 860 plazas de soldados, a partir de agosto», contesto ayer a los medios el nuevo coronel jefe, Francisco de Asís Ramírez. «Tenemos mucho trabajo por delante. Hay otra convocatoria que se incorporará a principios de año, aún no se sabe el número», anunció.

De hecho, la del próximo verano será la mayor promoción de la última década (hubo otra de casi 800 jóvenes en 2013). «Hemos incrementado 200 plazas, por tanto no es que vayamos a menos, al contrario, vamos a más. Estas instalaciones tienen futuro, tienen mucho que dar todavía», subrayó el nuevo coronel jefe.

El acto de ayer se desarrolló en la llamada plaza de Cáceres del acuartelamiento, ante una formación compuesta por escuadra de gastadores, compañía de las JAS con tres secciones, bandera del Cefot con oficial abanderado y oficial de escolta, guiones y banderines. Tras la jura del cargo, que se llevó a cabo de una forma más discreta en el edificio de mando, bajo la enseña nacional, el general de división director de Enseñanza, Amador Enseñat y Berea, presidió la ceremonia al aire libre ante un nutrido grupo de invitados, debido a la identificación del Cefot con la ciudad.

Allí estaba la alcaldesa, Elena Nevado; la presidenta de diputación, Rosario Cordero; el subdelegado del Gobierno, José Carlos Bote; el Fiscal Superior de Extremadura, Aurelio Blanco; la presidenta de la Audiencia Provincial de Cáceres, María Félix Tena; y altos mandos policiales y militares.

Francisco de Asís Ramírez, procedente de la Unidad de Apoyo Logístico de Burgos, afronta los próximos tres años como «un reto ilusionante». Se comprometió a «continuar impulsando esta unidad con la misma fuerza, para que en el futuro se convierta en un referente de la formación de tropa (...). Soy consciente de que solo el trabajo de todos hará que logremos formar excelentes soldados», explicó en su discurso.

Se mostró especialmente complacido de haber descubierto en pocos días los «fuertes lazos» que unen al cuartel con Cáceres, «una tierra con profundas raíces en la historia militar de España y que tiene al Cefot como uno de sus hijos predilectos», dijo, destacando la entrega de la Medalla de Cáceres y de la nueva enseña a la base, por parte de Parlamento de Extremadura, la diputación y el ayuntamiento. «Estoy convencido de que esta estrecha y beneficiosa relación continuará en el futuro, y desde aquí muestro mi disposición», subrayó.

El coronel también reconoció que «los objetivos planteados son varios, y el tiempo disponible escaso, pero con la entrega y profesionalidad de todos los efectivos del Cefot, estoy seguro de que seguirán consiguiéndose y mejorando». «Para ello, mi puerta siempre estará abierta», matizó.

Francisco de Asís Ramírez tuvo palabras de especial cariño hacia el teniente coronel saliente, José María Iglesias, a quien agradeció su «esfuerzo» y «dedicación». «He podido comprobar la profunda huella que has dejado en los miembros de tu unidad y en la sociedad de Cáceres», afirmó. Y no era una frase hecha. La implicación de José María Iglesias con el cuartel y la ciudad motivó que el acto de ayer fuera un tanto especial por la despedida sincera y profunda que muchos militares y civiles le profesaron. De hecho se sumaron a la ceremonia distintos colectivos sociales y representantes de distintos ámbitos.

El general de división Amador Enseñat también destacó la labor de José María Iglesias en los tres últimos años. Calificó su trabajo de «sobresaliente» al consolidar el aspecto académico de la base, pero además destacó las mejoras físicas de la unidad que han llegado a las instalaciones eléctricas, calderas, lavandería, cámaras frigoríficas y una quinta compañía nueva. «En esta etapa se han disipado las dudas sobre el futuro del centro (...) Si os entregáis igual que el anterior coronel, el Cefot no correrá ningún peligro y tendrá mucho futuro», dijo el general al nuevo mando en una intervención menos oficial y más amistosa, previa al desayuno servido tras el acto.

«PODEMOS ESTAR TRANQUILOS» / La alcaldesa se congratuló de que este relevo en el mando haya sido «mucho más tranquilo que el anterior desde el punto de vista de la permanencia», porque hace tres años «todo pendía de un hilo», reconoció. «Ahora todo está garantizado, lo han dicho tanto el general como el nuevo coronel, y el teniente coronel en su despedida. La incertidumbre pasó a la historia, de momento podemos estar tranquilos y ésta es siempre una buena noticia para la ciudad», declaró.

Por su parte, la presidenta de diputación se mostró satisfecha con la continuidad de la base «porque todos sabemos lo que significa el Cefot para la provincia y sobre todo para la ciudad».