Para muchos ha sido y sigue siendo la principal industria de la ciudad. Hoy en día el Cefot ha recuperado el pulso económico gracias al tránsito de futuros soldados en la base de Santa Ana. 756 alumnos, que llegaron en junio, se encuentran realizando su formación militar de cuatro meses, después de un periodo de inactividad tras la marcha del último ciclo formativo el 21 de febrero. Un tiempo que los instructores aprovecharon para "seguir formándose y actualizar conocimientos", dice el Capitán José Antonio Rey.

El flujo diario en la base de Santa Ana es de 1044 personas. El centro genera empleo para 216 trabajadores entre militares y civiles destinados, además de otras 48 personas que cubren labores subcontratadas tales como cocina, limpieza, bares, mesones o peluquería.

Además, para poder acoger a todos los alumnos se ha tenido que habilitar una nueva compañía que se encontraba vacía. Esto ha supuesto la llegada de 24 nuevos cuadros de mando agregados de otras unidades para colaborar en el proceso formativo militar. A su vez, se espera un segundo llamamiento algo menor para el próximo 20 de octubre, tan solo tres días después de que termine la formación de los actuales estudiantes.

"El Cefot supone mucho para la ciudad y para la hostelería mucho más. Cada poco tiempo vienen cientos de alumnos a estudiar, y además con mayor capacidad adquisitiva que antes. El aporte económico es muy importante a todos lo niveles: comercio, hostelería, eventos culturales...", explica César Clemente Martín, presidente de la Asociación de Empresarios y Comerciantes de la Hostelería y el Turismo (Aecahtur).

FLUJO ECONOMICO "Se nota que los jóvenes llegan con mayor cultura que antaño, con lo que también realizan otro tipo de turismo que genera más flujo económico. No se limitan al casco histórico de Cáceres o a salir de noche, visitan municipios cercanos y reservan alojamientos", desvela José Antonio Rey.

Sin embargo, ni si quiera la principal factoría cacereña se ha librado de tener que afrontar momentos delicados a causa de la crisis que azota el país. Hace dos veranos, entre junio del 2012 y octubre del 2013, el Centro de Formación de Tropas se cerró temporalmente durante algo menos de un año y medio. Una situación que ya se avisó de que provocaría pérdidas por valor de cinco millones de euros, según una estimación que realizó la Federación Empresarial Cacereña (FEC).

Las repercusiones para el comercio de la ciudad hoy en día si se repitieran unas circunstancias semejantes serían graves. La base de Santa Ana, con una media aproximada de unas 240 familias que viven del centro bien de forma directa o bien de manera indirecta, representa la principal industria de Cáceres desde que se fundara en 1964.

"El personal que vive o trabaja en el Cefot son consumidores de muchos tipos de productos y generan muchísimos puestos de trabajo", cuenta Clemente. El motor de Cáceres es el sector servicios y con la llegada de alumnos, lógicamente, se nota un repunte en todos los negocios. "Vienen familiares y amigos que provocan un incremento en hoteles, restaurantes, comercios...", confiesa César, que estima que "la demanda se multiplica por tres durante las épocas de funcionamiento del centro".

En sus 40 años de vida, por el Cefot --antiguo Cimov y CIR-- han pasado más de 500.000 soldados, con una media de 3.000 al año. Además, multitudinarias juras de bandera han acogido a más de 17.000 personas, entre protagonistas y familiares, durante los primeros años que el centro estuvo en funcionamiento, en la época en la que el servicio era obligatorio. A la última jura en la que participaron 574 alumnos, el 21 de diciembre del 2013, asistieron más de 5.000 personas.

"El impacto económico que tiene la base sobre la ciudad es mayúsculo. Hablamos de mucho dinero, millones de euros", explica Miguel Salazar, exportavoz de la ya inactiva plataforma 'Cáceres con el Cefot' y presidente de la asociación de vecinos de la Madrila. El colectivo, que presidía Antonio Diosán, se quedó "en ambar" a finales de abril, después de que se consiguiera el objetivo: garantizar la continuidad del Cefot. Algo que se logró "gracias al movimiento ciudadano y a las gestiones de la alcaldesa", explica Salazar, que también destaca el consenso que siempre ha logrado obtener el centro por parte de los diferentes partidos políticos, que "nunca han dejado de luchar por la continuidad" de la base, algo que evidencia "la cantidad de bien que el centro le hace a la ciudad".

DONATIVOS Igualmente, el Cefot colabora realizando donativos a organizaciones benéficas y oenegés como Cáritas o el Comedor Social de las Hijas de la Caridad, a las que otorgó 200 y 510 euros, respectivamente, en la última ocasión. "El dinero viene de cuotas simbólicas que cobramos en las actividades que solemos organizar como carreras contra la droga o conciertos musicales militares", aclara Rey.

Por ello, la labor del acuartelamiento de la carretera de Mérida ha sido reconocida varias veces. Ha recibido distinciones como la Medalla de Oro de la ciudad y fue nombrado hermano de honor de la Cofradía de la Montaña.