Cada año, Cáceres celebra la fiesta de su patrón, San Jorge, y este no podía ser menos. Ayer la ciudad lució de gala. Desde el ayuntamiento, puntuales para la cita de las doce de la mañana en Santa María, concejales de la corporación cacereña, junto a la alcaldesa, Elena Nevado, y otras autoridades civiles y militares partieron en procesión cívica, tras la banda municipal de música. Minutos más tarde, se inició la eucaristía en la concatedral, que esta vez brilló con claveles rosas. Los bancos todos ocupados y a falta de asiento, muchos de los devotos permanecieron de pie. La misa solemne fue presidida por el deán Julián Carlos Pérez y concelebrada por dos canónicos, Ceferino Martín y Antonio Jiménez. El obispo, encargado durante años de esta liturgia, no pudo asistir por una conferencia episcopal.

Durante la homilía, el deán recordó a los fallecidos en el Mediterráneo y a todos los cristianos perseguidos. Además, pidió por los trabajadores municipales jubilados, que fueron homenajeados más tarde.

Tras finalizar el acto, la corporación regresó al ayuntamiento, donde el concejal más joven, Jorge Carrasco, tremoló (por última vez) desde el balcón consistorial el pendón de San Jorge. Lo acompañó la banda al ritmo del himno de España.

La jornada se clausuró con el homenaje a 11 jubilados a lo largo del año: Paloma Sánchez, Gertrudis Durán, Mercedes Fragoso, Valentín Rodríguez, Zacarías Estévez, Alejo Polo, Miguel Angel Barrantes, Manuela Vela, Luis Golle, Joaquín de la Montaña y César García.

Elena Nevado les dedicó unas emotivas palabras: "Hoy es un día de celebración y reconocimiento, pero también de nostalgia. Porque sois grandes profesionales, grandes amigos y compañeros, y os vamos a echar de menos. Espero que este nuevo periodo que arranca para vosotros venga lleno de proyectos de ilusiones y que disfrutéis mucho de esta etapa tan merecida"