El colectivo de celiacos está al borde de la escisión. Un grupo de socios cacereños --en la provincia hay 400 miembros del colectivo-- elevarán una protesta formal a la dirección regional de la asociación, con sede en Badajoz, por la "desatención" que dicen sufrir en el seno de la agrupación, según un comunicado difundido ayer por uno de sus integrantes, Milagrosa Carrero.

Los representantes de este sector crítico mantuvieron el sábado por la tarde una reunión en el salón de actos del hospital Nuestra Señora de la Montaña para buscar soluciones a la situación. En esta reunión, se acordó elevar la queja a la junta directiva planteándole una serie de reivindicaciones e incluso dándole un ultimátum para que las atienda, ya que el grupo no descarta, según Carrero, "la posibilidad de crear una asociación independiente si el conflicto no se soluciona satisfactoriamente".

La sección cacereña reclama la descentralización del colectivo, así como "una participación en la gestión y recursos de la asociación regional en proporción a los socios de la provincia", explica Carrero. Estos socios destacan que en Badajoz, la sede cuenta con trabajadores liberados.

UNA VIEJA DEMANDA Por lo tanto, estos miembros del colectivo consideran necesario habilitar una segunda sede en la ciudad de Cáceres --tiene unos 200 asociados-- desde la que atender a los enfermos que padecen intolerancia al gluten, elaborar proyectos y desarrollar actividades.

La demanda de una sede en Cáceres no es nueva. La dirección regional la viene solicitando desde principios del año pasado. Además, la presidenta, Angélica Trejo, mantuvo recientemente una entrevista con la portavoz del grupo municipal socialista, Carmen Heras, quien se comprometió a facilitar al colectivo unas dependencias si ganan las elecciones.