Alrededor de un centenar de cacereños acudió ayer puntuales a la cita en la plaza Mayor para protestar por la aprobación de la nueva zona azul. Frente al edificio del ayuntamiento, los vecinos manifestaron su malestar por la medida acordada en el último pleno y a voz de megáfono expusieron los motivos que les llevan a posicionarse en contra. Cabe recordar que el pleno dio el visto bueno al aumento de plazas marcadas con las tasas de precios de las 850 actuales a 2.070. A esta reivindicación sumaron también la subida del precio del autobús, una actuación también con luz verde por parte del ayuntamiento, pero que no se hará efectiva hasta julio.

En ambos casos, entre las razones que esgrimen los ciudadanos que ayer se reunieron a pesar de la lluvia en la plaza cacereña es que «no tiene otra razón de ser que afán recaudatorio» y tildan de «excusa» los argumentos que han llevado a los ediles a dar el visto bueno a la reordenación del estacionamiento controlado.

A pesar de la tensión que se respiró en la última sesión del pleno cacereño en la que multitud de vecinos ya mostraron carteles de rechazo, José Luis Gibello aclaró que los vecinos contrarios no son «violentos» y añadió que «violencia» es atentar contra los intereses de los cacereños. Durante la sesión, que se desarrolló a micrófono abierto, los propios manifestantes detallaron en cartulinas las reivindicaciones que servirán para redactar un documento de rechazo.

ASAMBLEA VECINAL // En ese sentido, esperan que la presión social contribuya a que el consistorio reconsidere la nueva planificación de aparcamiento de pago. «Hemos perdido una batalla, pero no la guerra», añadió uno de los asistentes a la concentración. En ese sentido, los manifestantes que se concentraron ayer contra la zona azul y el billete de bus se reúnen de nuevo mañana en una asamblea que han convocado a las 20.00 horas en el Foro de los Balbos para definir acciones en común.