Albarragena, el nuevo hotel de la calle Pizarro, abrió sus puertas el viernes 31 de julio. Con él ya son tres los alojamientos hoteleros que se han inaugurado en la ciudad durante los últimos doce meses: Casa Don Fernando, situado en los portales de la plaza Mayor abrió el 31 de julio de 2008, y Don Manuel, ubicado en la calle Margallo, en las instalaciones del antiguo colegio San Antonio, inició su actividad en marzo de este año. Con estos tres establecimientos, la ciudad ha sumado 364 plazas hoteleras.

El de Pizarro, además, ha incrementado la oferta de hoteles de tres estrellas, con él Cáceres suma tres alojamientos de estas características. Hasta ahora solo estaban el Alcántara, abierto en 1966, y el Casa Don Fernando.

DIFICULTADES PARA EL SECTOR El hotel ha iniciado su actividad en un momento difícil para el sector en la provincia, que en tan solo dos años ha perdido 68.596 viajeros. Los datos registrados durante el primer semestre del 2009 son los bajos de los últimos cuatro años, según el Instituto Nacional de Estadística. En el primer semestre de 2009 se alojaron en Cáceres 282.280 personas con una media de pernoctaciones de 1,78 días.

"Aunque hemos cubierto más o menos las expectativas, los primeros meses han sido flojos, ya no llegan clientes que se recorren la ciudad buscando alojamiento", explicó Juan Torres, director del hotel Don Manuel. "Este año ha habido fines de semana en mayo que no hemos llenado", especificó Torres, aludiendo a que los meses de abril, mayo, septiembre y octubre son las fechas de mayor ocupación en la ciudad, uno de los principales destinos de interior.

Jesús Bravo, director de Casa Don Fernando, calificó el año como "bueno", aunque él se refirió a que "se nota el aumento de la oferta de hoteles de tres estrellas en la ciudad". A pesar de todo, hasta el momento el único negocio de estas características que ha cerrado en el centro de la ciudad ha sido el hotel Las Marinas, situado en la calle San Pedro.

Con crisis o sin crisis lo cierto es que el hotel Albarragena consiguió abrir sus puertas en las antiguas Caballerizas después de dos años de obras. Su construcción original data del siglo XVIII, pero fue reformado en 1877. Este lugar fue muy significativo en el pasado, allí se ofició la boda de Donoso Cortés o incluso albergó la primera banca de Extremadura, según explicó Gil.

Además fue uno de los principales bares de copas en los años noventa, Las Caballerizas. Por esta razón, los dueños del hotel, como homenaje, han querido mantener este mismo nombre a la tapería que han instalado en la zona baja.

En más de 3.600 metros cuadrados se ubican 18 habitaciones --en las que puede albergar a 44 personas por una media de 70 euros por noche en temporada baja--, un salón social y una biblioteca. En su restaurante, con capacidad para 150 comensales, se cuenta con una carta en castúo. Y es que la cocina es meramente extremeña, de hecho, parte de la carta ha sido financiada por la Junta a través de Alimentos de Extremadura. Dentro del hotel, incluso, han preparado una tienda con productos de la tierra "para que los turistas puedan comprar los mismos alimentos que comen en el restaurante queremos promocionar esta tierra, no descartamos incluso crear algo parecido a Alimentos de Extremadura", aseguró.