La semana comenzó con la esperada luz verde al centro de ocio del viejo matadero y terminó con la ruptura de negociaciones entre Pinilla y Leclerc para instalar en el Nuevo Cáceres el tercer híper de la capital. Una de cal y otra de arena, por tanto, para una ciudad que pide a gritos una mayor y mejor oferta comercial.

Estamos hablando de dos de los proyectos más esperados por los cacereños desde hace años y, por ello, solventados los escollos en el caso de la dotación de Castellanos, sólo queda esperar que Pinilla desbloquee de una vez por todas sus planes para el polígono San Antonio, cerrando un acuerdo con una nueva cadena de hipermercados. Con el fiasco de Leclerc se han perdido la friolera de cuatro años, por lo que la alternativa no debería demorarse mucho más.

Pese a los lógicos miedos del pequeño comercio, no hay que engañarse: Cáceres necesita más restaurantes, discotecas, minicines, tiendas... En la última década, la explosión comercial de Badajoz ha ido paralela a un inexplicable estancamiento de Cáceres. Por ello, los proyectos de El Corte Inglés, el tercer híper, los nuevos supermercados y los centros de ocio se esperan como agua de mayo.