El próximo domingo, 1 de diciembre, se activará el protocolo 'Ola de Frío', un programa que se pone en marcha cada año con la bajada de las temperaturas para llevar bebidas calientes, alimentos, mantas y compañía a las personas que duermen a la intemperie en la capital cacereña, y ofrecerles una cama confortable en el Centro Vida de Cáritas, junto a la estación de tren. Precisamente, este recinto abrió sus puertas hace una semana tras solventar las deficiencias por la fuerte tromba que cayó el 16 de septiembre, y que obligó a cerrarlo durante dos meses. El centro vuelve a dar acogida a personas sin hogar, según explicaron ayer sus responsables.

La tormenta atascó las bajantes, anegó el tejado e hizo que el agua se filtrara por los muros. "Nos quedamos sin luz, sin teléfono, con muchos problemas de infraestructuras", explicó ayer el director de Cáritas Cáceres, José Manuel López Perera. El trabajo de esta ONG y de sus voluntarios, con la colaboración de Adif y el ayuntamiento, ha permitido su reapertura justo para los meses más críticos.

Por este recinto pasan cada año unas 450 personas. Hasta su cierre en septiembre lo habían hecho 343, la mayoría hombres (305) y sobre todo españoles (258), un perfil que ha cambiado con la crisis. El tiempo medio de estancia oscila desde quienes pasan una sola noche hasta los que permanecen meses para seguir programas de inserción. Aunque las cifras de los centros de acogida comienzan a bajar sensiblemente en Extremadura, los usuarios necesitan estancias más largas, "más tiempo de apoyo", según explicó ayer la coordinadora del recinto cacereño, Eva Escobar.

EL DISPOSITIVO, LISTO A partir del domingo, este centro de Cáritas Diocesana se incorporará al protocolo 'Ola de Frío'. Lo hará junto con Cruz Roja, ACISJF, Policía Local, Policía Nacional y el Instituto Municipal de Asuntos Sociales. Durante cuatro meses (hasta final de marzo) se formarán patrullas solidarias que llevarán el calor humano a quienes duermen en la calle. Les ofrecen café, cacao, caldo, dulces y mantas, una labor que corre a cargo de los voluntarios de Cruz Roja.

Generalmente los indigentes aceptan su compañía. Cuando son nuevos en la ciudad, se les informa sobre la posibilidad de dormir en el Centro Vida, que durante todo el protocolo se compromete a abrir a cualquier hora. Si se encuentra lleno, se buscan otras alternativas. "Aquí les atienden una docena de voluntarios y seis trabajadores", señaló José Manuel López Perera.

"Tenemos todo listo para el protocolo. Los voluntarios saldrán entre las 21.30 y las 22.00. Normalmente sabemos dónde están las personas que necesitan ayuda", explicó ayer Vicente Mangut, responsable de Comunicación de Cruz Roja.