Cada día pasan por los centros de acogida de la ciudad cerca de un centenar de personas. El 'sinhogarismo' también afecta a las calles cacereñas en las que en los últimos días azota el frío. Un protocolo activado por el ayuntamiento y la policía local lucha por poner freno a esta situación y proporcionar alojamiento a todos aquellos que duermen sobre el suelo mojado, en los bancos de Cánovas o entre cartones en sucursales bancarias de la ciudad.

En lo que va de año el Centro Vida de Cáritas en Cáceres ha ofrecido alojamiento a 2.347 necesitados. De ellos, las principales causas del 'sinhogarismo' son la pérdida de empleo, drogodependencias, agotamiento de prestaciones públicas o insuficientes recursos económicos para llegar a fin de mes. Según los datos de Cáritas Regional de Extremadura el 87,8% son hombres frente al 12,2% de mujeres. El tramo de edad con mayor número de personas atendidas está entre 40 y 55 años. A todo ello ahora se une el problema del paro, que ha generado nuevos pobres y ha cambiado el perfil de los usuarios de los centros y comedores sociales.

Los sintecho huyen del frío para acurrucarse al calor de Cáritas y de las Hermanas de la Caridad, dos de los principales alojamientos sociales de Cáceres. Por el comedor social de las Hermanas de la Caridad cada día pasan más de 50 personas de todas las edades y las 16 camas que ofrece el centro social de Cáritas están ocupadas durante todo el año. La crisis y el frío duplican la demanda.

Los trabajadores de los dos centros, la mayoría de ellos voluntarios de la ciudad, se encargan a diario de darles ropa para cambiarse, agua caliente para ducharse, mantas, comida, café caliente,... Muchos se convierten en sus ángeles de la guarda con los que van al médico o quienes les ofrecen un hombro en el que apoyarse cuando les cuentan sus problemas.