Sabéis que son los C.I.E.? Estas letras son las abreviaturas de los Centros de Internamiento para Extranjeros que existen en nuestro país. ¿Sabéis para qué nacieron? Según la normativa europea, para retener de forma preventiva a los inmigrantes sometidos a un expediente de expulsión, es decir a aquellos que por diversas razones esperan ser devueltos a los países de donde salieron porque allí no podían vivir. El reglamento de estas instituciones recoge claramente que los mismos no tendrán nunca carácter penitenciario, simplemente porque la falta de documentación puede acabar en expulsión, pero no es delito en nuestro Código Penal. Deberían ser centros donde se respeten los derechos y la dignidad de la persona.

En la actualidad hay ocho C.I.E. repartidos por la geografía española. El año 2015 pasaron por ellos cerca de siete mil hombres y mujeres. Pero de esta cantidad solo el 41 por ciento fueron expulsados, lo cual quiere decir que los mismos se han convertido en centros de control fronterizo, cuando no en verdadera cárceles preventivas. En 2012 la ONU ya condenó a España por trato discriminatorio y tortura a un interno magrebí del centro de Aluche. Informes realizados por diversas ONG, así como el testimonio de los propios internos, denuncian las condiciones de vida en estos centros, el trato recibido, así como la falta de asistencia médica o jurídica. En algunos programas electorales de las últimas elecciones aparecía este problema, pero lamentablemente su alcance ha sido nulo.

Las noticias de los últimos días han llamado la atención de la opinión pública, pero el problema viene de lejos. La Iglesia católica se ha situado en primera línea a la hora de defender a estos hombres y mujeres, retenidos de una forma inhumana por haberse atrevido a pasar la frontera sin los papeles en regla. Su denuncia sobre esta situación enquistada y sin soluciones reales se pierde como la voz en el desierto. De forma reiterativa ha pedido el cierre de centros donde se vulneran los derechos fundamentales de las personas, exponiendo casos concretos de violación sistemática de los derechos fundamentales.

En las celdas de los C.I.E. también tiene que tener cabida la misericordia.