Dos hectáreas de pastizal ardieron ayer en el cerro de los Pinos, un paraje situado a pocos metros de la barriada de Aldea Moret. Se trata del segundo incendio que se produce en los últimos diez días en el mismo lugar, aunque anteriormente hubo otro de menor importancia. El fuego pudo ser provocado, ya que la policía local recibió una llamada de un ciudadano que había visto con unos prismáticos como un hombre de complexión fuerte quemaba el pasto y huía en un turismo blanco. El testigo no pudo informar del número exacto de la matrícula.

El incendio comenzó en torno a las dos del mediodía y no pudo ser controlado hasta las cuatro, aunque dos doras más tarde se dio por extinguido.

En el operativo para sofocar las llamas colaboraron medios del Sepei y del Infoex. En concreto dos retenes y un vehículo contra incendios del segundo y dos camiones del primero. También participó el helicóptero de la base de Monfragüe Aguila I , que tiene una capacidad de 1.100 litros.

El nuevo fuego volvió a despertar cierta inquietud en el barrio, y algunos vecinos contemplaron la columna de humo desde las calles más cercanas. Hubo quien colaboró con los bomberos en las labores de extinción. Por el lado opuesto del cerro, el más afectado, las llamas llegaron hasta las inmediaciones de la estación de Renfe, donde los viajeros podían verlas desde los andenes. El viento hizo que algunas ramas encendidas cayeran sobre las vías quemando el pasto circundante, aunque se pudieron apagar sin dificultades.

Cuando el fuego se acercó a una cuadra próxima a la estación de tren se consideró la evacuación de los animales, pero finalmente se sofocó el fuego de la zona y no fue necesario.

El de ayer fue el segundo incendio de importancia que se registra en el cerro de los Pinos este año. Hace diez días ardieron otras dos hectáreas de pasto y también tuvo que intervenir el helicóptero de la base de Monfragüe. En esa ocasión el portavoz de la Asociación Socio Cultural Aldea Moret, Juan Jesús Tato, achacó el fuego a la acumulación de pasto en la zona y a la falta de campañas de limpieza y desbroce. Tato culpaba al ejecutivo anterior del ayuntamiento "por su desidia y abandono".

Pero la historia se repite todos los años. Cuando llega el verano se producen incendios reiterados muchas veces provocados.