Del ultraligero al Airbus. La corta historia de La Cervera está llena de proyectos que suben como la espuma..., se elevan..., vuelan..., pero en realidad nunca acaban de despegar. Durante años se ha hablado de un aeródromo, de un aeropuerto de tercer nivel, ahora de una terminal internacional con compañías de bajo coste para viajar a medio mundo desde 1 euro. Pero lo cierto es que de momento esta pista de 1.400 metros sin asfaltar sigue teniendo el rango de menor nivel, un simple campo de vuelo solo apto para los ultraligeros.

El anuncio realizado el pasado 15 de junio por Rodríguez Ibarra de crear un aeropuerto internacional en el entorno de Cáceres, listo dentro de una década, con capital privado y apoyo público --Junta y Gobierno central--, centró en La Cervera todas las miradas, aunque de momento no se haya revelado la ubicación. Esta vez el compromiso viene directamente del Ejecutivo autonómico ante la Asamblea. Por ello, 30 años después de su creación, el campo podría tener una auténtica hoja de ruta para su conversión en aeropuerto. Atrás queda una larga trayectoria de la aviación cacereña que alcanzó sus máximas aspiraciones a principios del siglo XX y después languideció hasta hoy.

Línea regular en los 30

Lo que ahora parece utópico se hizo realidad hace un siglo: durante algún tiempo Cáceres mantuvo una línea regular de pasajeros con Madrid. Fue en la Segunda República, a raíz de la inauguración del campo de aviación en los actuales terrenos del ferial por el entonces jefe nacional de Aviación, Hidalgo de Cisneros y López-Montenegro, un apellido históricamente vinculado a esta ciudad.

Pero su mayor uso llegó durante la guerra civil. La temida legión alemana Cóndor, cuya plana mayor ocupó un tiempo los castillos de las Arguijuelas, tuvo aviones en Cáceres. Hitler, asesorado por el jefe de la Luftwaffe, Herman Goering, hizo de España un gran laboratorio de pruebas para su fuerza aérea y apoyó a Franco con sus modelos He-51, He-111, Ju-52/3M, Do-17 y Bf-109 (el terror del cielo en los comienzos de la II Guerra Mundial). El campo de aviación fue base de algunos aparatos al inicio del conflicto, pero también de otros aviones enviados por Italia, "una escuadrilla de cazas Fiat-Chirri", recuerda Joaquín Guerra, presidente de la Asociación Experimental de Aviación, con sede nacional en Cáceres.

Tras la guerra, un pequeño destacamento militar controló este espacio, que funcionó durante décadas como campo de emergencia. "La mayor expectación llegó con aquel DC-3 que tomó tierra y tuvo una avería en el tren de aterrizaje", relata Joaquín Guerra. Pero la actividad era poca y el proyecto de instalar una escuela de cazas se marchó finalmente a Talavera la Real. Luego el recinto ferial se trasladó a la zona y el campo de aviación acabó desapareciendo.

Precisamente, a raíz de este hecho, la Dirección General de Aviación Civil realizó las primeras expropiaciones de terreno el 13 de mayo de 1975 en La Cervera para habilitar otro campo de vuelo, con la pretensión de convertirlo en un auténtico aeropuerto (de ahí la amplia superficie adquirida). Y el enclave cumplía los requisitos: un enorme llano a unos 15 kilómetros de Cáceres y a 500 metros de la N-630. La diputación cacereña respaldó el proyecto en los años 70 y llevó a cabo las primeras obras en dos fases: creación de una pista de 600 metros y ampliación hasta 1.400. Pero la iniciativa se paralizó. "Se dijo que a causa del accidente aéreo de Tenerife, no se sabe, simplemente no continuó", lamenta Guerra.

Tiempo después, la diputación cacereña sopesó otro proyecto para abrir un aeropuerto de tercer nivel, propuesta que tendría mucho que ver con la creación de las Líneas Aéreas Extremeñas de Juan Rosco, pero también cayó en el olvido.

Campo de vuelo

La Cervera quedó finalmente como campo de vuelo y comenzó a utilizarse como tal en el mes de mayo del año 1988, a través de un permiso concedido por la diputación provincial a la Asociación Experimental de Aviación. Este colectivo cacereño es el que más se ha interesado desde entonces por su conversión en