No sé si pasará algún día sin que nos enteremos de alguna de las formas chapuceras con que se ha gobernado esta ciudad durante varios años. Ahora pagan las consecuencias unos músicos a los que alguien, en plan coleguilla, debió sugerirles que compusieran la canción oficial del 2017. Es un ejemplo más de la forma tan ramplona como se ha llevado la candidatura. Porque lo más adecuado era convocar un concurso que resolviera un jurado experto y no los gustos musicales de un concejal. Si la candidatura necesita un himno, cosa que dudo, aún están a tiempo de convocarlo y si la canción Macetas de colores ( confieso que no la he escuchado) es tan buena como aseguran algunos no cabe duda de que ganará. Si los políticos desean motivar a los ciudadanos deben comenzar por hacer las cosas con la racionalidad, legalidad y honestidad por delante.

El actual gobierno municipal ha prometido transparencia. Pues que la ponga en práctica. La campaña para la candidatura parece que va a disponer de grandes cantidades de dinero y necesitará hacer muchos contratos, por lo tanto es imprescindible que sean transparentes para evitar que alguien esté tentado de repartir el dinero entre los amiguetes sin importar su cualificación para el puesto.